¡¿Cuándo le vas a dejar de mentir al presidente?!, estalló con voz firme la jefa de Gobierno, la morenista Claudia Sheinbaum contra el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en una reunión privada hace cosa de un mes, según me confiaron dos personas que estaban presentes y me corroboró una tercera fuente con acceso al contenido del encuentro.
La presión había subido demasiado entre ambos porque la información en poder de la doctora Sheinbaum mostraba que la situación del coronavirus en la zona metropolitana de la capital del país es muchísimo más grave de lo que informaba noche a noche el doctor López-Gatell.
A partir de este desencuentro que atestiguaron varios de sus colaboradores, se concretó la idea de que un comité científico —y no la palabra del subsecretario— determine el número de muertes en la capital del país.
Es muy probable que, por ser de gobiernos del mismo partido, tanto Sheinbaum como López-Gatell nieguen el encontronazo. Eso hacen siempre los políticos del mismo bando cuando se pelean, y ha sucedido en todos los sexenios: en el de Calderón, Medina Mora y García Luna decían que no estaban confrontados; en el de Peña Nieto, Videgaray y Osorio Chong aparecían ante la prensa a desmentir sus enfrentamientos. En el gobierno del presidente López Obrador hay también confrontaciones, y la que relato se ha dado por el manejo del Covid.
De hecho, cada vez más personas de los equipos del subsecretario de Salud y de la jefa de Gobierno relatan las diferencias entre ambos. En la Ciudad de México siguen surgiendo los testimonios de renombrados doctores que hablan de una situación de guerra en los hospitales, intensivistas que declaran que se les está muriendo demasiada gente, hospitales que reportan que ya no tienen ventiladores, imágenes de cadáveres apilados y embolsados, letreros de pase por el cuerpo de su familiar antes de las 6 pm o no respondemos, fotografías de pacientes con coronavirus que esperan en una silla que se desocupe una cama, el dato oficial de que las funerarias están trabajando a tope de su capacidad y hay que esperar hasta 36 horas para cremar un cuerpo, gestores de actas de defunción que dicen que están teniendo el triple de casos que normalmente… y mientras, López-Gatell y López Obrador hablan de una curva aplanándose, domándose, bajo control, listos para la reapertura.
Estas enormes diferencias entre las cifras de muertos real y oficial, se han ido documentando contundentemente por la prensa nacional e internacional. Las cifras del subsecretario López-Gatell son cada vez más cuestionadas dentro y fuera del gobierno. Ya está claro que en la vida real hay muchas más muertes de las que reporta en su conferencia de prensa diaria Palacio Nacional. Cada vez son más especialistas —desde médicos hasta matemáticos— que, usando los datos del propio subsecretario, exhiben que lo que dicen López-Gatell y López Obrador sencillamente no es verdad, y que el número de muertos es el triple y el número de contagiados es 25 veces mayor.