Conocido entre sus amigos, políticos, artistas y deportistas como don Nacho, asegura que no había visto ni conoce a Alfredo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, plagiado el lunes en su restaurante por un grupo armado.
Se trata —dice— de un caso aislado, quiere darle vuelta a la hoja, retomar su vida y seguir deleitando a los comensales con su toque en los platillos y salsas que él mismo hace.
Ignacio Cadena es dueño del almacén Gourmet La Leche, un lugar en el que la madrugada del lunes Alfredo Guzmán Salazar y otras cinco personas que lo acompañaban, fueron privados de la libertad.
Quien visita Puerto Vallarta y no come en La Leche, es como no haber estado en el sitio turístico; y así lo hizo el hijo del líder del “Cártel de Sinaloa”, quien festejaba su cumpleaños en Nayarit y habló a La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco, para reservar y continuar la fiesta con el grupo que lo acompañaba.
Entre las amistades de don Nacho se encuentran el ex gobernador de Jalisco, Emilio González; Alejandro Fernández (que por cierto tiene ya varios meses que no va al restaurante) y Andrea Legarreta, entre otros que visitan el establecimiento; pero asegura que no conocía a Alfredo Guzmán y no recuerda haberlo atendido antes.
Incluso, ese día ya no se encontraba en el restaurante, pues estaban por cerrar y ya no había comensales.
Tras el secuestro del hijo de uno de los capos más importantes en la historia del narcotráfico en México, don Nacho señala que no ha recibido amenazas e insiste en que buscan a La Leche porque es un concepto minimalista que gusta.
“Soy un chingón para cocinar; yo preparo las salsas, le doy el concepto al lugar, a la comida, tengo contacto directo con los clientes”, dice, pero insiste en que no conocía a Alfredo Guzmán Salazar.
Desde su restaurante del cual también es chef, pide no satanizar La Leche; “no es culpa de nadie que me busquen por el servicio que ofrezco”.
Acompañado de empresarios que le expresan su apoyo, el chef Cadena pide “borrón y cuenta nueva, olvidar lo de la madrugada del lunes y recobrar la normalidad en su vida”.
Por seguridad de sus empleados, no suelta quiénes fueron los que estaban aquella noche, lo único que deja claro es que La Leche recibe a todos sin importar quiénes sean.
Don Nacho ofrece el menú, tras 72 horas de tener el lugar cerrado: sopa de nada, pollito al grill y para rematar una leche Duck, el clásico de La Leche.
“Ya estábamos por cerrar, no hay mucha historia qué contar —en referencia al plagio de Alfredo— yo no estaba ahí”.