La ley antiterrorista en Surcorea levanta polemica. Legisladores de la oposición continuaron el sábado, por quinto día consecutivo, con sus discursos ininterrumpidos en el parlamento de Corea del Sur para impedir la aprobación de una controvertida ley antiterrorista, respaldada por el gobierno, ya que sostienen que pondría en peligro las libertades personales y la privacidad.
El sábado por la tarde, Jung Cheong Rae había pasado más de 11 horas hablando, batiendo el record del discurso parlamentario más largo fijado el miércoles por otro miembro de la oposición, Eun Soo Mi, que intervino durante 10 horas y 18 minutos.
Jung fue el 17mo legislador en tomar la palabra desde que la oposición decidiera el martes poner en marcha una táctica dilatoria para impedir la aprobación de la norma, conocida como filibusterismo. Es la primera vez que el parlamento recurre a esta maniobra desde 1969.
Los discursos sobrepasan ya las 90 horas, lo que convierte la sesión en una de las más largas de la historia. En 2011, el partido canadiense Nueva Democracia orquestó una sesión que duró 58 horas.
Para que el plan tenga éxito, los legisladores tendrán que seguir hablando sin descanso hasta la medianoche del 10 de marzo, cuando está previsto que finalice la actual sesión parlamentaria.
Desesperados por prolongar sus intervenciones, varios legisladores subieron al estrado calzados con zapatillas de deporte y se negaron a beber agua para evitar tener que ir al servicio. La mayoría empleó su tiempo en leer leyes relacionadas con el tema en cuestión, estudios académicos, artículos de prensa y comentarios de internet. Uno de los parlamentarios sacó una copia del libro “1984” de George Orwell y la leyó.
La presidenta del país, Park Geun-hye, y su formación, el partido Saenuri, respaldan la norma que daría mayores poderes al Servicio Nacional de Inteligencia, la principal agencia de espionaje de Seúl, para investigar a individuos y grupos. Se emplearía contra las amenazas lanzadas por Corea del Norte, que recientemente realizó un ensayo nuclear y lanzó un cohete de largo alcance, y contra actividades de organizaciones extremistas como el grupo Estado Islámico.
La oposición señala que la norma no tiene suficientes garantías para evitar que la agencia abuse de sus poderes y vigile a civiles.