Que sorprendente resulta el darse cuenta la descomposición social que ya vive el país.
Según la Procuraduría General de la Republica, el secuestro ha cambiado de giro; explicando que en la década de los setentas cuando se dieron los primeros grandes casos de secuestro, era una herramienta de lis grupos guerrilleros única y exclusivamente para hacerse llegar recursos en su lucha.
En la década de los 90s era la mafia organizada que en algún momento vio que narcotráfico y secuestro podían coexistir gracias a la corrupción tan terrible y la honda crisis económica que se había desatado.
Hoy en día curiosamente, parece ser mas un negocio familiar.
Y es que de acuerdo a las detenciones que se han hecho en los últimos cinco años, varios miembros de una misma familia están cometiendo estos delitos, repartiéndose no solo el botín sino también, las responsabilidades y funciones en el caso.
Dos o tres detienen a la victima y se la dan a resguardo usualmente a una o dos mujeres en un domicilio familiar tranquilamente ocupado desde hace años en alguna colonia popular donde la familia, hasta es conocida.
Otro familiar o amigo de la familia es el encargado de llevar acabo las negociaciones… en el peor de los casos, otro es el que tiene la sangre fría y ejecuta a las victimas.
¿Que nos dice esto?
Simple, la descomposición social a llegado tal vez, a ciertos estratos en su célula primigenia, la familia
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