ONU está dispuesta “a facilitar un diálogo” entre el gobierno y la oposición siria, recalcaron el sábado el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, en tanto Irán, aliado de Damasco, dijo que el presidente Bashar Al Asad “participará” en las elecciones de 2014.
“Las Naciones Unidas acogerían calurosamente y estarían dispuestas a facilitar un diálogo entre una delegación sólida y representativa de la oposición y una delegación, creíble, que cuente con plenos poderes, del gobierno sirio, diálogo que podría llevarse a cabo según una agenda establecida“, indicaron los dos hombres.
Durante su reunión Ban y Brahimi “discutieron sobre las recientes declaraciones del gobierno sirio y la oposición, que han manifestado su voluntad de querer dialogar”, indicó la ONU en un comunicado.
Asimismo expresaron “su profunda frustración ante el fracaso de la comunidad internacional para actuar de manera unida” con miras a poner fin al conflicto sirio que ha causado cerca de 70.000 muertos en menos de dos años.
El presidente Bashar al Asad, “participará” en las próximas elecciones presidenciales previstas en 2014 en ese país, aseguró este sábado en Teherán el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Salehi.
En el terreno, al menos 16 rebeldes y 10 soldados murieron este sábado en encarnizados combates en Raqa, en el norte de Siria, cerca de la frontera turca, afirmó una ONG.
“Hay enfrentamientos sangrientos entre varios batallones rebeldes y las fuerzas regulares en los suburbios de Raqa (550 km al nordeste de Damasco) y este sábado se escuchaban explosiones en la ciudad mientras se elevaban columnas de humo hacia el cielo”, afirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El ministro sirio de Relaciones Exteriores Walid Muallem se encontraba en Teherán el sábado para conversaciones acerca del conflicto en su país, que se desató hace casi dos años y ha dejado al menos 70.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
En una rueda de prensa con Muallem, Salehi, dijo que “al igual que otros, el presidente Asad participará en las próximas elecciones, y el pueblo sirio elegirá a quien quiera” como presidente.
Asad ha rechazado constantemente los llamamientos de los países occidentales, de varios países árabes, de Turquía y de la oposición siria de ceder el poder para poner un fin al conflicto que comenzó hace dos años, pero no se ha pronunciado sobre la posibilidad de un nuevo mandato.
Asimismo, Salehi afirmó que “la posición oficial de Irán es que (…) Asad seguirá siendo el presidente legítimo hasta las próximas (…) elecciones”.
Paralelamente, el jefe de la diplomacia iraní brindó su apoyo a un diálogo entre la oposición armada y el régimen sirio, el cual, en su opinión, por el momento “no tiene otra opción” más que seguir luchando contra los insurgentes.
“La crisis siria no tiene solución militar y la única solución es un diálogo entre el poder y la oposición”, añadió Salehi, tras entrevistarse con Muallem.
Por lo tanto, Salehi calificó de “paso positivo” el llamado al diálogo realizado por Muallem el lunes 25 de febrero. “Estamos dispuestos al diálogo con todos los que quieren el diálogo, incluyendo a los grupos armados”, había dicho Muallem en Moscú, después de entrevistarse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov.
Mientras tanto, a medida que se acerca el segundo aniversario del inicio del conflicto, que comenzó el 15 de marzo 2011 por una revuelta popular brutalmente reprimida por el régimen, los protagonistas se mantienen determinados a combatir hasta las últimas consecuencias.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que cuenta con una red de informantes en el país, este sábado “ha habido enfrentamientos sangrientos entre varios batallones rebeldes y las fuerzas regulares en los suburbios de Raqa (550 km al norte de Damasco), desde donde se elevan columnas de humo”.
Los combates “han causado la muerte de decenas de soldados y de rebeldes”, dijo la ONG, que por el momento no estaba en medida de proporcionar un balance preciso.
Situada en el Eufrates, Raqa se encuentra bajo el poder del ejército que busca detener el avance de los insurgentes y eliminar las zonas rebeldes dentro de la ciudad.
Según el OSDH y activistas en el terreno, los helicópteros militares bombardearon las posiciones rebeldes. Antes de que estallara la guerra civil, unas 240.000 personas vivían en Raqa, pero desde hace casi dos años unos 800.000 desplazados de todo el país se han instalado en ella, según esta ONG.
En otros frentes, tanques bombardearon enclaves rebeldes en Hama (centro), mientras que cerca de Damasco varios enfrentamientos tuvieron lugar por el control de Daraya, un enclave rebelde, y alrededor de la academia de policía en Alepo (norte), añadió la ONG.
La oposición, que rechaza cualquier diálogo que no considere la salida de Asad y exige armas para los rebeldes, ha criticado la falta de compromiso de los países occidentales acerca del aprovisionamiento de armamento a los insurgentes.
“La falta de armas de los rebeldes ha favorecido el ascenso de los extremistas”, subrayó el opositor Burhan Ghalioun, en referencia a los yihadistas que luchan en el mismo bando de los desertores y los civiles armados.
La “Las Naciones Unidas acogerían calurosamente y estarían dispuestas a facilitar un diálogo entre una delegación sólida y representativa de la oposición y una delegación, creíble, que cuente con plenos poderes, del gobierno sirio, diálogo que podría llevarse a cabo según una agenda establecida“, indicaron los dos hombres.
Durante su reunión Ban y Brahimi “discutieron sobre las recientes declaraciones del gobierno sirio y la oposición, que han manifestado su voluntad de querer dialogar”, indicó la ONU en un comunicado.
Asimismo expresaron “su profunda frustración ante el fracaso de la comunidad internacional para actuar de manera unida” con miras a poner fin al conflicto sirio que ha causado cerca de 70.000 muertos en menos de dos años.
El presidente Bashar al Asad, “participará” en las próximas elecciones presidenciales previstas en 2014 en ese país, aseguró este sábado en Teherán el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Salehi.
En el terreno, al menos 16 rebeldes y 10 soldados murieron este sábado en encarnizados combates en Raqa, en el norte de Siria, cerca de la frontera turca, afirmó una ONG.
“Hay enfrentamientos sangrientos entre varios batallones rebeldes y las fuerzas regulares en los suburbios de Raqa (550 km al nordeste de Damasco) y este sábado se escuchaban explosiones en la ciudad mientras se elevaban columnas de humo hacia el cielo”, afirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El ministro sirio de Relaciones Exteriores Walid Muallem se encontraba en Teherán el sábado para conversaciones acerca del conflicto en su país, que se desató hace casi dos años y ha dejado al menos 70.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
En una rueda de prensa con Muallem, Salehi, dijo que “al igual que otros, el presidente Asad participará en las próximas elecciones, y el pueblo sirio elegirá a quien quiera” como presidente.
Asad ha rechazado constantemente los llamamientos de los países occidentales, de varios países árabes, de Turquía y de la oposición siria de ceder el poder para poner un fin al conflicto que comenzó hace dos años, pero no se ha pronunciado sobre la posibilidad de un nuevo mandato.
Asimismo, Salehi afirmó que “la posición oficial de Irán es que (…) Asad seguirá siendo el presidente legítimo hasta las próximas (…) elecciones”.
Paralelamente, el jefe de la diplomacia iraní brindó su apoyo a un diálogo entre la oposición armada y el régimen sirio, el cual, en su opinión, por el momento “no tiene otra opción” más que seguir luchando contra los insurgentes.
“La crisis siria no tiene solución militar y la única solución es un diálogo entre el poder y la oposición”, añadió Salehi, tras entrevistarse con Muallem.
Por lo tanto, Salehi calificó de “paso positivo” el llamado al diálogo realizado por Muallem el lunes 25 de febrero. “Estamos dispuestos al diálogo con todos los que quieren el diálogo, incluyendo a los grupos armados”, había dicho Muallem en Moscú, después de entrevistarse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov.
Mientras tanto, a medida que se acerca el segundo aniversario del inicio del conflicto, que comenzó el 15 de marzo 2011 por una revuelta popular brutalmente reprimida por el régimen, los protagonistas se mantienen determinados a combatir hasta las últimas consecuencias.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que cuenta con una red de informantes en el país, este sábado “ha habido enfrentamientos sangrientos entre varios batallones rebeldes y las fuerzas regulares en los suburbios de Raqa (550 km al norte de Damasco), desde donde se elevan columnas de humo”.
Los combates “han causado la muerte de decenas de soldados y de rebeldes”, dijo la ONG, que por el momento no estaba en medida de proporcionar un balance preciso.
Situada en el Eufrates, Raqa se encuentra bajo el poder del ejército que busca detener el avance de los insurgentes y eliminar las zonas rebeldes dentro de la ciudad.
Según el OSDH y activistas en el terreno, los helicópteros militares bombardearon las posiciones rebeldes. Antes de que estallara la guerra civil, unas 240.000 personas vivían en Raqa, pero desde hace casi dos años unos 800.000 desplazados de todo el país se han instalado en ella, según esta ONG.
En otros frentes, tanques bombardearon enclaves rebeldes en Hama (centro), mientras que cerca de Damasco varios enfrentamientos tuvieron lugar por el control de Daraya, un enclave rebelde, y alrededor de la academia de policía en Alepo (norte), añadió la ONG.
La oposición, que rechaza cualquier diálogo que no considere la salida de Asad y exige armas para los rebeldes, ha criticado la falta de compromiso de los países occidentales acerca del aprovisionamiento de armamento a los insurgentes.
“La falta de armas de los rebeldes ha favorecido el ascenso de los extremistas”, subrayó el opositor Burhan Ghalioun, en referencia a los yihadistas que luchan en el mismo bando de los desertores y los civiles armados.