Hace una década mas o menos el gran oráculo de la economía, Alan Greenspan señaló a las naciones productoras de petróleo, que jamás quisieran influir en la economía, ya que la desajustarían.
Lo lograron.
Ahora es la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) quien muestra (espero y deseo que no) quien pone en el fuego en un pajar mojado por gasolina que es la economía mundial.
La idea es que los costos del petróleo por barril, West Texas Intermedia no baje menos de 65 dólares.
La situación mundial pudiera ver una mejoría si los costos del petróleo y sus derivados lograran sino regresar a los tiempos de 33 dólares por barril (y ya era caro) si a los 50 dólares que es 66 por ciento menos al máximo histórico jamás registrado en el mes de junio de este mismo año.
Pero parece que eso a ellos no les parece y las magra recuperación o lo lenta que pudiera esta darse, será aun mas lenta o, casi inexistente.
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