La era de la presidencia hegemónica ya cumplió su ciclo histórico y es irrepetible, asegura lapidario Pedro Joaquín Coldwell, líder nacional del PRI.
“Lo que hoy necesita México no es un presidente sino un líder democrático”, sugiere el político cozumeleño, operador del triunfo priísta que recuperó la presidencia de la república tras doce años de gobiernos panistas.
Convencido de que se arriba a una nueva era, sostiene que entre el PRI, sus legisladores, su gobernadores y el presidente Enrique Peña Nieto debe imperar una “sana cercanía”, en alusión a la “sana distancia” que marcó el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León antes de entregar el poder al PAN.
Precisamente, con Zedillo fue cuando el PRI dejó de tener mayoría legislativa. Ahora con Enrique Peña Nieto se repetirá el escenario de ese Congreso plural que durante los últimos 18 años no ha podido superar diferencias para avanzar en las reformas estructurales del país.
Ante este panorama, Joaquín Coldwell refiere que cuando el voto de los ciudadanos no le da al presidente la mayoría legislativa para su partido, entonces ésta hay que buscarla con las diferentes fuerzas parlamentarias.
Aunque aclara que la construcción de mayorías legislativas primero debe pasar por la consolidación de las mayorías del propio grupo parlamentario y la sincronización de éste con las iniciativas del Ejecutivo, para luego buscar los consensos con los otros partidos políticos.
En una autoevaluación de su partido, el líder dice que después del triunfo no se pueden echar las campanas al vuelo y que el siguiente paso es la reforma de fondo del PRI.
“Para convertirlo en un partido mucho más representativo de los anhelos de la sociedad”, considera.
Esta reforma, añade, implica cambios en su organización interna, una revisión de su plataforma ideológica y mayor apertura a mujeres y jóvenes, sectores que se han desarrollado por encima de los tradicionales: agrario, obrero y popular.
– La ausencia en “Los Pinos” fue de 12 años ¿Resiste el PRI en esta nueva era la presencia de un presidente hegemónico?
– La era de la presidencia hegemónica ya cumplió su ciclo histórico y es irrepetible. Peña Nieto ha proclamado que él va a desempeñar una presidencia democrática, que implica ejercer un liderazgo nacional pero con pleno respeto de los derechos de los ciudadanos y de las autonomías de los otros poderes de la unión.
– En el pasado el presidente dictaba las directrices tanto a legisladores como a gobernadores, “daba línea” ¿Cómo será ahora esta relación?
– La relación del presidente con los grupos parlamentarios del Congreso de la Unión tiene que ser de sana cercanía porque las políticas publicas que el país requiere para generar empleos y volver a la senda del crecimiento, nacen de cambios legislativos y en consecuencia debe haber una estrecha sincronización entre las iniciativas del poder Ejecutivo y el respaldo Legislativo que logre tener, particularmente en esta ocasión que el PRI no tiene mayoría en ninguna de las Cámaras del Congreso de la Unión.
– ¿Vamos hacia un régimen semiparlamentarista, como lo han sugerido algunos especialistas?
– No, el presidente ejercerá el liderazgo del PRI como corresponde en todo régimen presidencial. En los regimenes presidenciales, el presidente es el jefe de estado, el jefe de gobierno, el comandante de las fuerzas armadas y el líder natural de su partido político.
“En consecuencia, la relación partido-gobierno, en este caso partido-presidente por decirlo de manera más específica, tendrá por un lado una vertiente en la cual el presidente respetará los derechos políticos de los militantes priístas, y por la otra el PRI acompañará al presidente en las mejores decisiones de gobierno.
“Y se dará también otra vertiente de un estrecho diálogo entre el titular del poder ejecutivo y los órganos de deliberación y ejecutivos del partido”.
– Pero la tendencia legislativa ha sido restarle cada vez más poder al presidente, las reformas de los últimos sexenios han ido hacia la descentralización del poder, inclusive una propuestas de Peña Nieto es eliminar la cláusula de gobernabilidad que impide que algún partido político pueda tener mayoría…
– Él no ha presentado una propuesta formal en ese sentido. Hubo un debate nacional en México sobre cómo construir mayorías legislativas, hace un año, y algunas personas, entre ellos Peña Nieto, opinaron que las cláusulas que no permiten más allá del 8 por ciento de sobrepresentación, deberían de suprimirse.
“Pero eso ya no está ahora en el debate político del 2012. No procedió en su momento y ahorita es un congreso donde el PRI es la fracción mayor en ambas cámara pero no tiene la mayoría suficiente para aprobar solito las iniciativas.
“Entonces, cuando no tienes mayorías legislativas, hay dos maneras de conseguirlas: cuando te las da la gente en las elecciones por el voto, y cuando las tienes que construir en el Congreso de la Unión con las otras fuerzas, y eso es lo que vamos a hacer. En esa dirección vamos a trabajar”.
– En la pasada legislatura de la cual fue usted senador se avanzó en la reforma política, pero quedaron algunos temas inconclusos ¿En su opinión, qué le falta a la reforma política para completarla?
– Lo que requiere ahora la reforma política, que se llevó a cabo en su nivel constitucional, es reglamentarla a través de leyes secundarias. De manera particular hay que trabajar la Ley de Participación Ciudadana o Consulta Popular establecida.
“También hay que establecer cuáles van a ser los requisitos para las candidaturas independientes, qué tipo de financiamiento van a tener, cómo van a acceder a los tiempos de radio y de televisión. Las iniciativas ciudadanas ya prácticamente están en la Constitución, no requieren mayor reglamentación, esas podrán implementarse ya”.
– Otra de las reformas que le tocó aprobar desde el Senado fue el acotamiento del fuero de funcionarios públicos en los casos de procesos penales en su contra ¿Cuándo la veremos entrar en acción?
– Eso lo aprobamos en el Congreso de la Unión, es una modernización del fuero, no se elimina si no que se moderniza, se acota considerablemente. Esta minuta se encuentra actualmente en la Cámara de Diputados y si la aprueban allá tendrá que ir a las legislaturas de los estados.
“Consiste en que todos los funcionarios públicos que gozan de fuero pueden ser sujetos de proceso penal en libertad, continúan en el desempeño de sus cargos, pero son juzgados y si al final del proceso la sentencia es condenatoria, entonces la Cámara les quita el fuero y procede a entregarlos a las autoridades correspondientes.
“Muy diferente a lo que ocurre actualmente, que no empieza a correr el procedimiento para juzgar a algún funcionario público con fuero si no lo autoriza antes la Cámara de Diputados”.
– ¿Se abatirá así la corrupción?
– El paso es abatir la impunidad y modernizar una institución que como el fuero es necesaria para mantener la independencia de los funcionarios públicos, particularmente los del poder legislativo, pero sin caer en abusos como ha sucedido en algunas ocasiones.
– Yarrington es el villano de moda ¿Qué pasará con otros políticos incómodos del PRI?
– En el caso de Yarrington ya hicimos lo consiguiente. La Comisión Nacional de Justicia Partidaria procedió a suspenderle su militancia, sus derechos partidarios, en tanto la corte que lo está juzgando en el estado de Texas y en el juicio que ya está corriendo en México, determinan si es inocente o culpable. Si es culpable, pues ya se procede a la suspensión definitiva.
– ¿A Peña Nieto le pesará el pasado de esos priístas incómodos?
– No tiene por qué pesar eso. El PRI es un partido muy grande y como los demás partidos tiene gentes que incurren en conductas incorrectas, pero esos casos no pueden ser representativos de la mayoría de los integrantes de ese partido, del espíritu, de la identidad.
“Al PRI generalmente se le hacen este tipo de señalamientos de corrupción, pero si damos un vistazo no es un mal exclusivo de gobiernos priístas, porque vemos por ejemplo los enormes tiraderos que dejó el PRD en entidades como Michoacán, como Zacatecas, aquí mismo en las delegaciones políticas del Distrito Federal.
“O la misma corrupción que existe en algunos gobiernos municipales y estatales panistas, el caso más fresco en nuestra memoria es el de Monterrey: la colusión de intereses entre autoridades panistas y casinos. Lamentablemente se trata de un mal nacional que hay que erradicar y combatir sin distingos partidistas”.
– Hay quienes piensan que el país ya no resiste ¿Se continuará permitiendo que pocas familias concentren la riqueza mientras se ensancha la pobreza en las zonas alejadas y marginadas del país?
– México ha gozado en los últimos años de una estabilidad política, indudablemente que ha sido un logro importante, que viene desde el último gobierno priísta y los dos recientes de corte panista, pero nos ha faltado crecimiento económico.
“El gran reto de la administración que encabezará el presidente Enrique Peña Nieto es cómo reactivar el crecimiento económico y volver a generar empleos. Si hacemos que la economía vuelva a crecer, arriba del 5 por ciento anual, vamos a estar generando mucho más empleos y el país se beneficiaría reconstituyendo el tejido social, actualmente en descomposición”.
– Ya ganaron ¿Qué va a pasar con el PRI?
– El PRI tiene que prepararse para llevar a cabo una reforma de fondo. Tiene que hacer cambios en su organización interna, revisar su plataforma ideológica y abrirse todavía más a mujeres y jóvenes, convertirse en un partido mucho más representativo de los anhelos de la sociedad.
-¿Qué pasará con los sectores tradicionales que le dieron vida al partido?
– El PRI tiene una estructura mixta: por un lado la estructura de corte horizontal que es la que corresponde a los sectores del partido: el agrario, el obrero y el campesino. Por otro lado la estructura vertical, que es la territorial, me parce que esta ha sido una feliz solución de nuestro partido que habrá que preservar en los próximos años, y reactivarlos desde luego en la alianza histórica del partido con los campesinos, los obreros y las clases populares.
– ¿los jóvenes que han alzado la voz, que futuro les espera en el PRI?
– La reforma del partido tiene que abriese a los jóvenes, tiene que ser todavía un partido mediante el cual los canales de participación política para los jóvenes sean mucho más amplios. Y también tiene que hacer cambios en sus procedimientos para hacerle más atractivo a la inmensa mayoría de población mexicana que es de corte juvenil.
-Una crítica es que el poder se está repartiendo entre los cachorros de viejos políticos priístas ¿Es sano esto?
– Me parece que pueden haber parientes cercanos a viejos políticos militando en el partido, y desde luego tienen derechos políticos para buscar cargos públicos. Muchas veces es más la excepción que la generalidad. Lo que debe prevalecer es que tengan los mismos derechos de todos para participar, lo que no deben tener son privilegios sobre otros militantes del partido que también aspiran a competir en condiciones de igualdad.
– ¿Exageran quienes postulan que regresan los dinosaurios del parque jurásico?
– Es una declaración que debemos tomar con mucho humor (rie).
– Retomando el inicio de esta plática ¿sería un mito el regreso del presidente hegemónico?
– No hay condiciones en México ni políticas ni sociales, ya ni siquiera culturales para restablecer una presidencia de corte hegemónico, tiene que haber un liderazgo democrático.
“Una de las cosas que más ha faltado en México en los últimos años es calidad de liderazgo político, tiene que darse un liderzazo pero de corte democrático, un liderazgo como proclamó Peña Nieto en el manifiesto que lanzó como candidato, un liderzazo que respete la división de poderes, los derechos de los ciudadanos y que lleve al país a la modernización tanto económica como política”, concluye
Por Agustín Ambriz / Luces del Siglo
Se autoriza reproducción con crédito a la Revista y autor
Cancún, Qna. Roo., a 17 de septiembre de 2012