Uno de los temas que me ha intrigado profundamente es la adoración a la Santa Muerte, muy en lo personal, me parece algo absurdo pedir, adorar o implorar algo a una imagen que representa el fin de la vida, como si después de esta no existiera nada más.
El dos de noviembre, en pleno día de muertos, una de las fiestas más importantes, en Torreón, Coahuila, varios hombres armados asesinaron a seis personas e hirieron a un menor cuando estaban reunidas en torno a una imagen de la Santa Muerte, en el Ejido Santa Fe. Triste manera de morir.
La Santa muerte o Santísima como también se le conoce, es venerada por un amplio grupo de gente de diversos estratos sociales, entre ellos narcotraficantes, asesinos y asaltantes, sin embargo no es exclusivo de estas personas.
Los orígenes de la Santa Muerte se remontan a la época prehispánica, con Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, el Señor y la Señora del Mictlan la región de los muertos, eran las deidades a quienes se encomendaban los muertos invocadas también por aquellos que deseaban el poder de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de Tenochtitlan y su nombre era Tlalxico “ombligo de la tierra”.
En 1795 los indígenas adoraban una especie de esqueleto al que denominaban Santa Muerte, en un poblado del Centro del país, del que no se sabe a ciencia cierta su ubicación, pero que por medio de la tradición oral, llegó hasta nuestros días.
En los años sesenta en Catemaco, Veracruz el culto cobró fuerza en donde se dice que en una choza apareció dibujada la imagen, el dueño al pedir al cura del lugar que canonizará la imagen, este lo tacho de satanismo, razón por la cual, hasta nuestros días el culto se difunde de persona a persona. La Muerte es representada como una figura masculina y se le viste de manera tenebrosa, con guadaña y un rosario y de manera femenina es vestida con una túnica larga blanca de satín y una corona de oro. Actualmente está arraigado en diversos estados de la República, en unos con mayor fuerza que en otros.
El rito a la Santa Muerte está lleno de sincretismo, ya que tienen elementos de la religión católica y de la santería, el vudú y el satanismo. Los altares dedicados a su adoración se encuentran tanto en las cárceles del país como en cientos de locales ubicados en zonas populares.
Muchas religiones e iglesias entre ellas la católica, están en contra del culto de La Santa Muerte, por considerarla idolatría ya que la muerte no es una persona, es sólo un proceso biológico, el término de la vida.
Actualmente se considera que en México hay más de dos millones de personas que adoran a la Santa Muerte y piden el reconocimiento por parte de la Secretaría de Gobernación, el culto ha sido capitalizado y tristemente aumenta día con día ante la inseguridad y el creciente aumento de delincuentes para quienes la Santa Muerte resulta una buena opción de protección.