Los ministros de Exteriores de la Unión Europea están ansiosos por frenar el flujo migratorio que llega desde los Balcanes y discuten con sus homólogos comunitarios la mejor forma de proteger sus fronteras.
Ante la incapacidad de Grecia para controlarla llegada de miles de migrantes por mar desde Turquía, algunos países de la Unión Europea sopesan ahora ayudar a Macedonia – que no forma parte del bloque – para parar el flujo en su frontera sur, antes de que los migrantes y solicitantes de asilo puedan acceder a la zona de libre circulación europea, conocida como espacio Schengen.
“Si Grecia no está dispuesta o no puede proteger la zona Schengen y no acepta ninguna ayuda de la Unión Europea, entonces necesitarnos otra línea de defensa que obviamente es Macedonia y Bulgaria”, dijo el canciller húngaro, Peter Szijjarto.