La organización criminal, los Caballeros Templarios controlan el 70 por ciento de las “rentas” en las rutas del transporte público de la zona oriente del Estado de México y la Familia Michoacana sólo el 30 por ciento, pero ambas son extremadamente peligrosas y cuando no se les paga se desquitan quemando unidades o asesinando a choferes.
Si el gobernador Eruviel Avila, gobernador del Estado de México no tiene cuidado, el crimen organizado de Michoacán se trasladara a su estado y ya una vez ahí, la historia de Fausto Vallejo podra emularse en Toluca, donde fuerzas federales entren a dar la vida para repeler el avance del narcotrafico.
Las rutas del transporte ya son controladas por los Caballeros Templarios y otros carteles del narcotrafico, ¿que sigue?