La actriz Laurie Holden, recordada por su papel de Andrea en la exitosa serie de televisión The Walking Dead, cambió de objetivo en su vida y dejó de luchar contra zombies para concentrarse en acabar con las mafias de prostitución infantil.
La rubia californiana de 44 años, cuyo rol en la serie de muertos vivientes terminó en la tercera temporada, logró acabar con una red de trata infantil en Cartagena, Colombia, hasta donde viajó encubierta como turista junto a los integrantes de Operation Underground Railroad, una ONG fundada por el ex agente de la CIA, Tim Ballard, y así desmantelaron a la célula de pedófilos.