Debra Milke quedó libre de cargos luego de que una corte asegurara que su juicio original por la muerte de su hijo estuviera plagado de irregularidades.
A Debra Milke, quien pasó 22 años esperando a ser ejecutada tras ser condenada a muerte por el fallecimiento de su hijo de cuatro años, le retiraron los cargos en su contra por asesinato luego de una última apelación del fiscal que lleva el caso.
La jueza Rosa Mroz dijo este lunes que Milke, de 51 años, es inocente y le retiró las acusaciones. Milke se convierte así en la segunda mujer en Estados Unidos que queda exonerada tras ser condenada a muerte. Una pulsera de monitoreo le fue retirada a la mujer y el caso está cerrado, dijeron sus abogados.
Milke recibió libertad condicional en diciembre luego de que se desestimara la condena por preparar el asesinato de su hijo en 1989. El fiscal estatal decidió apelar la decisión. Una corte de apelaciones indicó que la conducta de la fiscalía en el caso original en contra de Milke fue tan indignante que desestimar la decisión era el único remedio. A los abogados de la mujer no se les dijo entonces que un policía que testificó que Milke le había confesado el delito tenía una historia de mala conducta.
Christopher Milke de 4 años murió de un disparo en diciembre de 1989. Los fiscales dijeron entonces que su madre, para recolectar el dinero del seguro, había organizado el asesinato con su compañero de habitación James Styers y un amigo, Roger Scott. Los dos hombres fueron también condenados a muerte.
Milke siempre negó haber participado en la muerte del hijo o haber confesado al agente de la Policía de Phoenix Armando Saldate. La presunta confesión no fue grabada y nadie más la escuchó. La corte criticó duramente la conducta de los fiscales en el caso original, señalando que fue una “mancha severa en el sistema de justicia de Arizona”. Los jueces citaron varios casos en los que Saldate habría dado falsos testimonios para incriminar a sospechosos.