En un discurso en la Universidad de El Cairo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendió la mano a los musulmanes en un intento por reconstruir de base las relaciones de Estados Unidos y el mundo islámico.
“El círculo vicioso de sospechas y discordia debe acabar”, afirmó. “Nuestros problemas deben ser afrontados en forma conjunta. El progreso debe ser compartido”, dijo.
En su alocución, Obama se refirió a grandes fuentes de tensión, entre ellos la violencia extremista y las guerras en Irak y Afganistán, el conflicto en Medio Oriente, el poderío nuclear, la democracia, la libertad religiosa, el rol de la mujer y la globalización.
Recalcó que “EE.UU. no está en guerra con el Islam” y dijo que los musulmanes “no son parte del problema” en la lucha contra la violencia extremista, sino por el contrario, parte de la solución.
“No se confundan: no queremos que nuestras tropas permanezcan en Afganistán”, afirmó. Ante el aplauso de los presentes, aseguró que aunque la guerra de Irak fue una “guerra elegida”, su país no pretende establecer allí bases, ni quedarse con territorios o recursos.
Con respecto al conflicto de Medio Oriente, dijo que los reclamos legítimos de israelíes y palestinos sólo pueden hacerse realidad con la coexistencia de dos estados y reafirmó la postura de Washington de que los palestinos deben abandonar la violencia y organizarse, al tiempo que Israel debe abandonar la construcción de nuevos asentamientos y colaborar para llevar prosperidad y desarrollo a los habitantes de Gaza y Cisjordania.
“Coincidimos en este mundo durante un período muy breve. El asunto es si gastamos ese tiempo focalizados en lo que nos separa, o si nos compremetemos a esforzarnos por encontrar las bases que compartimos, si nos centramos en el futuro que queremos para nuestros hijos y en el respeto a todos los seres humanos”, dijo Obama.
Admitió que existe escepticismo y que muchos piensan que las civilizaciones están destinadas a chocar. Pero desafió esa postura e invitó a los musulmanes a trabajar juntos por la paz, con el convencimiento que esa es “la visión de Dios”.
La audiencia aplaudió varios fragmentos del discurso y, al finalizar, ovacionaron al mandatario.
Obama reconoció que existen fuertes tensiones entre su país y los musulmanes, tensiones que -dijo- tienen raíces históricas profundas y van más allá de las políticas actuales.
En estos puntos Occidente y el mundo islámico deben trabajar juntos, dijo, derribando estereotipos.
“Los ataques del 11 de septiembre del 2001 representaron un trauma enorme para mi país, pero en algunos casos nos llevó a actuar contra nuestros ideales. He prohibido en forma inequívoca el uso de la tortura y he ordenado que se cierre la base de Guantánamo a principios del año próximo”.
Aunque aclaró que el vínculo de EE.UU. con Israel es “irrompible” y afirmó que amenazar con su destrucción sólo pone obstáculos a la paz en la región, Obama también dijo que la situación del pueblo palestino es “intolerable”.
“Si miramos este conflicto sólo desde un lado, quedaremos ciegos a la verdad: la única solución a las aspiraciones de ambas partes se hará realidad a través de dos estados”, dijo.
También indicó que su país está dispuesto a avanzar en el diálogo sin “precondiciones” con Teherán, pero con el objetivo de que ningún país en el mundo tenga armas nucleares. Sí reconoció el derecho de Irán y otros países al poderío nuclear con fines pacíficos, de acuerdo al Tratado de No Proliferación nuclear.
Miles en la región siguieron el discurso; musulmanes, está claro. Israelíes, también.
Al comienzo de su discurso saludó a los musulmanes con la fórmula religiosa “salam aleikum”, e hizo un profundo reconocimiento al aporte cultural del Islam a lo largo de la historia. También hizo hincapié en el hecho de que Estados Unidos y el mundo islámico mantuvieron relaciones durante mucho tiempo en buenos términos.
“Mientras nuestras relaciones se definan por nuestras diferencias, estaremos dándoles poder a quienes siembran el odio y no la paz”, afirmó, e insistió en la necesidad de un “nuevo comienzo” basado en el “interés y el respeto mutuo, y en la verdad de que Estados Unidos y el Islam no se excluyen, y no deberían competir”.
Aunque evitó hacer propuestas concretas, se centró en cambio en “limpiar” la imagen de su país entre los jóvenes musulmanes, pero reconoció que esto no sucederá “de la noche a la mañana”.
El mandatario estadounidense llegó a Egipto desde Arabia Saudita, donde el miércoles se reunió con el rey Abdullah para conversar sobre Medio Oriente. Proseguirá luego su gira por Europa.
Justamente, el objetivo central de esta primera gira de Obama por Medio Oriente es fortalecer el compromiso de EE.UU. con el mundo islámico y superar las incomprensiones en ambas partes.
El corresponsal de la BBC en El Cairo, Christian Fraser, afirma que Obama pretende enviar un mensaje de respeto a una región que con frecuencia se siente ignorada, malinterpretada e incluso tratada con arrogancia.
Funcionarios de la Casa Blanca han admitido que el discurso solo quizá no curará las heridas, pero confían en que sea el puntapié inicial de un “nuevo tipo de diálogo con el mundo islámico”.
Se esperan ahora las reacciones, aunque el líder espiritual iraní, el ayatolá Jamenei, ya atacó duramente a EE.UU. en unas declaraciones dadas a conocer horas antes del discurso en El Cairo.
Unas pocas bellas palabras del presidente Obama no harán la diferencia si no cambia la política estadounidense en el mundo islámico, dijo Jamenei ante una muchedumbre que cantaba “muerte a EE.UU., muerte a Israel”.
* 4 de junio: Egipto. El mandatario se reunió con Hosni Mubarak y ofreció un discurso en la Universidad de El Cairo.
* 5 de junio: Alemania. Obama dialogará con su par Angela Merkel y visitará Dresden y el campo de concentración de Buchenwald.
* 6 de junio: Francia. El presidente de EE.UU. conversará con Nicolás Sarkozy y participará de los actos conmemorativos del “Día D”.
Aparte de un paso fugaz por Irak en abril, esta es la primera vez que Obama visita la región desde que asumió como presidente.
Su itinerario no incluye Israel, pero poco antes de partir hacia Arabia Saudita, el mandatario se reunió con el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, en Washington.
Se informó que Obama aprovechó el encuentro para reforzar la postura de EE.UU. con respecto a la construcción de nuevos asentamientos en territorios cisjordanos.
De acuerdo al corresponsal de la BBC, era probable que Obama presionase este jueves a Mubarak para obtener también algo “tangible” de sus aliados árabes.
Luego de El Cairo, Obama se dirigirá a Europa, donde participará de las conmemoraciones del “Día D” -el desembarco en Normandía- en Francia, y se reunirá con la canciller alemana Angela Merkel