El tema de los migrantes de América Latina que están d paso por México y que van a Estados Unidos, es un tema que reviste a diferentes sectores de la sociedad, por ejemplo a la Iglesia Católica.
De ahí que se desprenda que se señale sobre que las diócesis a cargo de 60 albergues para migrantes que operan en el país, deben preparar un reglamento básico para el funcionamiento y estancia en estos inmuebles.
Este reglamento no solo es un protocolo sencillo para la operación de los mismos, sino también para dar seguridad a los indocumentados y los habitantes de las zonas cercanas, puesto que hay demasiadas quejas de los vecinos de albergues y claro, en algunas zonas del país se han producido hechos violentos cercanos al narcotráfico con respecto a los albergues para indocumentados que hay.
Es por ello que quien levanta la voz es el propio Monseñor Guillermo Ortiz Mondragón, obispo de Cuautitlán, quien a su vez informó que actualmente cerca de 30 albergues están aplicando un reglamento que consiste en mantener cerrados los inmuebles o carpas, a fin de que los migrantes no puedan deambular en las calles, durante su descanso en el territorio mexicano, a su paso hacia la frontera norte.
Una operación noble pero que necesita reglas claras.