Los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa se reunieron con el Presidente Enrique Peña Nieto a puerta cerrada y sus exigencias fueron algunas que me dejan pensando si en realidad creen que pueden pedir todo lo que gusten y deseen aun cuando el gobierno de México se ha portado a la altura de un doloroso y lamentable suceso como el que ha pasado en la trágica noche de Iguala.
Pese a la desconfianza que reconocen experimentar los padres y madres de heridos, muertos y desaparecidos de Ayotzinapa tras los ataques del que fueron objeto hace casi un año sus hijos, han puesto en la mesa del diálogo que al momento sostienen con el presidente Enrique Peña Nieto, ocho demandas.
¿Qué hay en ellas? Bueno, además de que reclaman el reconocimiento de la legitimidad de su búsqueda de justicia (como en si México y quizá en las instituciones del mundo lo que se busca mejor es esconder la verdad) y que demás el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa siga abierto por tiempo indefinido (algo que no ayuda en nada a al esclarecimiento de los hechos así como también de la reconstrucción del tejido social y la pacificación en la zona) y, por si fuera poco también piden la creación de una unidad especializada.
¿Y su nieve?
A todo esto es muy probable que el presidente Enrique Peña Nieto acceda, junto con las demás demandas, los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa lo tienen agarrado de sus partes nobles, el presidente ha mostrado falta de carácter y además, cada día su popularidad está en franco declive por lo cual hace lo que le vienen diciendo.
Si a esto, aunamos que los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa también piden que los seudo expertos forenses del Grupo Interdisciplinar de Expertos Independientes tengan trabajo no solo como observadores sino como investigadores un año, con permiso del gobierno de México y que puedan meterse en las pesquisas que hará la nueva unidad especializada de la Procuraduría General de la Republica que tendrá alcances jamás vistos, puesto que también se pide que se investigue si los funcionarios y ex funcionarios de la procuraduría quisieron engañarlos y que los castiguen.
Y por si fuera poco, los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa advirtieron (si es que así le podemos decir, más bien pareció amenaza) que mientras no conozcan con pruebas irrefutables (¿irrefutables para quién? Ya que el instituto de Innsburck en Austria no juega y da pruebas científicas que ellos desconocen) el paradero de sus hijos; mientras las víctimas no seamos tratadas con dignidad (quizá la dignidad que desean es que los traigan en taxis uber, con aire acondicionado, con costo al erario público, tengan atención sicológica en el cluster hospitalario de Houston Texas, etc.); mientras los asesinos no sean detenidos y castigados (habrá que preguntarles, ¿Quiénes son los asesinos según ellos? Ya que si les entrega el gobierno a los asesinos y ellos no los reconocen, ¿se les libera? ¿o se buscará aprender a otros?); mientras los narcopolíticos sigan gobernando (¿los Moreira? ¿Cantú de Tamaulipas? ¿Ortega de Guerrero? Ya que si hablan de Aguirre pues ya no gobierna); mientras no haya verdad (su verdad, ya que la verdad histórica sigue afianzándose con los resultados del Instituto de Innsbruck), ya que según los padres de los normalistas de Ayotzinapa dicen que su legítima búsqueda de justicia marcará la administración del presidente Enrique Peña Nieto y a su nombre se asociará el de Ayotzinapa como símbolo de la impunidad y la corrupción que reina en el país.
¿Verdad que parece amenaza?
Así que la reunión parece más bien una exigencia de “acatas nuestras ordenes o te desconocemos” y veamos que decide el presidente, pero los padres de los normalistas ya están siendo usados como ariete político para fines oscuros, puesto que aun cuando los restos de óseos y cremados de Cocula no sean de los normalistas de Ayotzinapa, a un año de distancia, los jóvenes están muertos.