Octavio Paz dijo alguna vez â??ambos, el tlatoani y el presidente se amparan en la legalidad. Su poder es absoluto, casi sagrado, pero no residen en su persona sino en su investiduraâ?.
Para entender la cultura del presidencialismo mexicano es necesario hablar de los mitos, somos una nación que tiene sus objetos sagrados y el objeto más representativo es la silla presidencial.
La silla presidencial es el objeto donde el poder emana, es ahà donde el HOMBRE dirige los destinos de una nación. En México el deporte favorito de nuestra clase polÃtica es el de la carrera presidencial. Y sentarse en la silla es la conclusión de las ambiciones de todo polÃtico.
Es ella quien da la legitimidad, quien se sienta en ella es el que manda, es ahà donde bajo las alas del águila se toman las decisiones históricas del paÃs, con las cuales los hombres que ocupan ese lugar tienen dos caminos; son odiados o amados.
Nuestra clase polÃtica ha traicionado, mentido y asesinado por ocupar el lugar de la oficina número uno del paÃs, no por nada nuestra historia es un mar de sangre, forjada como dice nuestro himno nacional: al grito de guerra. Caudillos, salvadores y mesÃas, han anhelado poder estar ahÃ, sentados en esa misteriosa silla, la compañera por seis largos años, amiga, consejera y confesionario, de los hombres de poder.
Solo ella ha conocido los tragos amargos, el envejecimiento, desesperaciones, júbilos y quizás hasta el llanto del encargado en turno del Poder Ejecutivo. Ella sin duda ha sido testigo silenciosa de las páginas más obscuras de la historia polÃtica. No por nada el Presidente Gustavo DÃaz Ordaz decÃa que â??desde ahà es posible sentir cuando el pueblo está satisfecho, airado, exigente, solidario, indiferente o frÃoâ?, no por nada el que se sienta ahà representa a la nación mexicana.
Cuántas cosas nos podrÃa decir el águila, cuantas respuestas sabrÃamos, con cuánta precisión nos dejarÃa ver el mundo del poder y él hombre.
Hoy como ayer y como mañana la silla ya se encuentra en juego. Y hoy no sólo está en juego la silla y la banda nacional. El año 2012 es un futuro pero un futuro que nos acerca dÃa con dÃa al pasado.
A veces se nos olvida que somos un paÃs de mitos, y que los hombres responden a las circunstancias y a sus miedos…y esos miedos y esos mitos nos han llevado a pensar que el Presidente es el único responsable de los destinos del paÃs. Hoy ya no son los tiempos como dicen los Tigres del Norte de entregarle las llaves al sucesor de la tienda, pero parece que todo nos lleva de regreso, al punto de origen.
Debemos pensar hoy sobre el futuro del sistema polÃtico y de sus gobernantes, pues el PRI y todo la maquinaria vienen por el â??carro completoâ? y entonces la pregunta que deberÃamos hacernos no es por qué regresan sino qué hicimos mal cuando la alternancia llegó o es que no estamos listos ya han pasado varias décadas desde que Porfirio DÃaz dijo que México estaba listo para la democracia y hoy parece tan lejana como cuando lo dijo.
En dos años veremos quien ocupa la silla y el águila ya empieza a contar las horas para poder susurrar sus secretos y consejos al hombre…al hombre de la investidura.
*Rodrigo Hernandez Lopez periodista por destino y fotógrafo de tradición