Llegan los Viagras. Con la aparición de los grupos de autodefensa, en febrero del 2013, Los Caballeros Templarios, cártel hegemónico de Michoacán, se pulverizó y perdió aliados en todo Michoacán. Los principales brazos armados abandonaron a la organización criminal y se integraron a los grupos de autodefensa para combatir a sus antiguos jefes, particularmente a Nazario Moreno González, El Chayo, Enrique Plancarte Solís, Kike, Servando Gómez Martínez, La Tuta, y Francisco Galeana Núñez, Pantera.
Muertos El Chayo, Quique y Pantera, los hermanos Mariano, Nicolás, Carlos, Rodolfo, Gabino y Francisco Sierra Santana, mejor conocidos como Los Viagras, toman fuerza y se apoderan de Apatzingán, Parácuaro, Arteaga y Tumbiscatío, donde encabezan la búsqueda de La Tuta, de la mano con fuerzas federales, y Estanislao Beltrán Torres, Papá Pitufo.
Rodolfo, Comandante Hormiga, y Nicolás, El Gordo, son quienes más preponderancia toman en la “cacería” de El Profe, quien antes fue su jefe y hasta ayer fue su principal enemigo; los dos hermanos Sierra Santana incluso formaron parte del G-250, un grupo especial de la Fuerza Rural, disuelto en diciembre de 2014 por instrucciones de Alfredo Castillo Cervantes, entonces comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán.
Pero Los Viagras no recularon al ser desconocidos como miembros de la Fuerza Rural y encabezar la toma de la presidencia municipal de Apatzingán, apoyados por el sacerdote católico Gregorio López Gerónimo y aliados con Hipólito Mora Chávez; el episodio de la toma de la alcaldía apatzinguense culminó la madrugada del 6 de enero de este año, cuando el Ejército desalojó a los incondicionales de los hermanos Sierra Santana.
El operativo federal aquella madrugada de Reyes terminó con saldo de un muerto, pero empeoró la mañana de ese mismo martes cuando los seguidores de Nicolás Sierra Santana se enfrentaron a la Policía Federal y murieron seis personas más.
Desde entonces no aparecen Los Viagras, a quien informes de inteligencia militar ubican ya como aliados de los Guerreros Unidos, grupo criminal vinculado con la muerte y desaparición de estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa. Sin embargo, los hermanos Sierra Santana son vistos como un cártel del crimen organizado cuya pretensión es pelear por el control de Apatzingán.
Nicolás y Rodolfo son vistos por las autoridades federales como enemigos de Luis Antonio Torres González, El Americano, preso en un penal de Morelia; también antagonizan con Emilio y Lázaro Álvarez Ramírez, otros miembros de las autodefensas a quienes informes oficiales les atribuyen actividades delictivas con interés de pelear a Los Viagras la plaza de Apatzingán.
En Tepalcatepec también existe otro grupo de interés encabezado por Juan José Farías Álvarez, El Abuelo, y Uriel, el hermano de éste, quienes mantienes el control de la Fuerza Rural, pero igualmente de grupos armados identificados con grupos delincuenciales de Jalisco.
Con la captura de Servando Gómez Martínez, La Tuta, otro reductor de los llamados Caballeros Templarios está encabezado por un primo de Nazario Moreno González, a quien sólo se le conoce como Gallito o Gonzalito; quien según, fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal heredó a su consanguíneo el afán por mantener el control de Michoacán, pero además posee dinero y propiedades que el gobierno federal no pudo decomisar al fundador de La Familia Michoacana.
En Uruapan, aunque hasta el último momento fue controlado por las huestes de Servando Gómez, informes oficiales ubican a personajes de la vida pública como Isaac Meraz Monroy, propietario de al menos cuatro empresas constructoras, como un personaje ligado a la “Tuta”, con amplia influencia en el sector político.
El Contador Meraz es ampliamente conocido en Uruapan por su amplio poderío económico y la influencia que ejerce en la propia alcaldía de la llamada “Perla del Cupatitzio”, particularmente con el alcalde Aldo Macías Alejandre.
También, a partir de la captura de Servando Gómez Martínez, entre los grupos de la Fuerza Rural de Tierra Caliente, existe la expectativa de una eventual recomposición de La Familia Michoacana, vinculada a la familia Méndez Vargas y a su líder Jesús El Chango Méndez.