Hombres armados que secuestraron a cuatro periodistas en el norte del país le están exigiendo a sus medios de comunicación que transmitan videos al parecer grabados por un cártel de drogas que acusa a funcionarios de favorecer a narcotraficantes rivales.
Los cárteles a menudo matan, amenazan o golpean a periodistas para intimidarlos y que dejen de cubrir historias relacionadas con drogas, pero secuestrarlos para obligar a diarios y estaciones de televisión a publicar sus mensajes es una táctica nunca antes vista.
La Sociedad Interamericana de Prensa expresó el jueves su indignación por el secuestro e instó al gobierno mexicano a ayudar a liberarlos.
“Observamos con gran preocupación cómo la violencia sigue expandiéndose en el país, sin que se encuentren herramientas adecuadas para que la prensa pueda hacer su trabajo sin temor a represalias”, dijo Alejandro Aguirre, presidente de la sociedad.
Los periodistas -dos de ellos de Televisa, la cadena de televisión más grande de México- fueron raptados cuando salieron de una prisión en la ciudad de Gómez Palacio, estado de Durango, donde habían cubierto una protesta por el arresto de la directora de la penitenciaría, señaló uno de sus empleadores.
Los periodistas secuestrados son un reportero y un camarógrafo de Televisa, un camarógrafo de la televisora Milenio Multimedia y un reportero del diario estatal duranguense El Vespertino.
Ni Milenio ni Televisa respondieron el jueves llamadas telefónicas de la AP para pedirles sus comentarios al respecto. Pero una historia publicada el jueves en el diario Milenio, parte del grupo Milenio Multimedia, dijo que poco después de la desaparición de los reporteros el lunes, su camarógrafo, Jaime Canales, llamó para decir que sus captores querían que su canal transmitiera tres videos que habían aparecido más temprano en un sitio de internet dedicado al tráfico de drogas.
Canales señaló a sus editores que sus captores dijeron que estaban descontentos con la cobertura del escándalo en la prisión.
El martes, Milenio Multimedia transmitió los tres videos que duraban aproximadamente 15 minutos y mostraban a dos policías locales y dos civiles siendo interrogados y confesando que trabajaban para la banda de narcotraficantes de los Zetas en la región de La Laguna, que incluye las ciudades de Gómez Palacio y Lerdo, en el estado de Durango, y de Torreón, en el vecino estado de Coahuila.
El área ha registrado una intensificación en la violencia entre narcotraficantes que las autoridades atribuyen a la lucha entre el cártel de Sinaloa y los Zetas por controlar territorios.
El domingo, autoridades federales arrestaron a la directora de la prisión estatal de Gómez Palacio, Margarita Rojas, y a otros tres funcionarios de la prisión por presuntamente permitir salir a reos, prestarles armas y enviarlos en vehículos oficiales a realizar matanzas, incluida la de 17 personas la semana pasada.