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Por Redacción 29 de diciembre de 2025

El cierre del año 2025 ha traído consigo una postal de violencia que confirma lo que muchos temían en la frontera de Chihuahua: la paz es una promesa rota. La tarde de este lunes, la administración de Lucy Marrufo sufrió un golpe directo, no en las urnas, sino en la carretera. Un comando armado interceptó y privó de la libertad a cuatro elementos de seguridad adscritos a la protección personal de la presidenta municipal de Ojinaga.

El incidente, ocurrido en las inmediaciones de la caseta de cobro de la carretera Ojinaga-Aldama, no es un hecho aislado; es el síntoma de una enfermedad crónica que padece la región. A pesar de los esfuerzos discursivos y operativos, Lucy Marrufo no ha logrado pacificar un municipio que sigue siendo territorio en disputa. A continuación, presentamos la crónica de los hechos y un análisis de por qué la violencia se ha enraizado tan profundamente en esta zona fronteriza.

Lucy Marrufo
Lucy Marrufo: 6 Datos del Terror en Ojinaga tras el Secuestro de sus Escoltas 4

1. La emboscada en la carretera a Aldama

Los reportes preliminares describen una escena de caos y superioridad de fuego. El equipo de seguridad de Lucy Marrufo transitaba por la carretera que conecta la frontera con el centro del estado cuando fueron sorprendidos. No fue un encuentro fortuito; la precisión del ataque sugiere labores de inteligencia por parte del crimen organizado.

Cerca de la caseta de peaje, vehículos con hombres fuertemente armados bloquearon el paso y sometieron a los cuatro escoltas. No hubo oportunidad de pedir refuerzos efectivos. En cuestión de minutos, los oficiales, que son el último anillo de seguridad entre la alcaldesa y el peligro, fueron «levantados». Este acto envía un mensaje escalofriante: si pueden llevarse a la guardia pretoriana de la autoridad máxima, ningún ciudadano está a salvo.

2. ¿Quiénes eran los escoltas?

Las víctimas de este ataque no son agentes privados anónimos; son elementos activos de la Policía Municipal de Ojinaga, asignados específicamente a la seguridad de Lucy Marrufo. Sus nombres se mantienen bajo reserva por seguridad de sus familias, pero su perfil es el de servidores públicos que operan en una de las zonas más calientes del país.

La desaparición de cuatro policías municipales de un solo golpe representa una crisis institucional. Desnuda la vulnerabilidad de las corporaciones locales frente a grupos delictivos que poseen capacidad de fuego militar. Para la alcaldesa, esto trasciende lo político; es un golpe personal a su equipo de confianza, aquellos encargados de velar por su vida en un entorno hostil.

3. Ojinaga: La «Plaza» que no conoce la paz

Para entender la gravedad del ataque contra el equipo de Lucy Marrufo, hay que entender dónde están parados. Ojinaga no es un municipio cualquiera; es una joya estratégica para el narcotráfico. Su frontera con Presidio, Texas, y su vasta zona desértica la convierten en un corredor ideal para el tráfico de drogas hacia el norte y de armas hacia el sur.

Históricamente, esta plaza ha sido peleada por facciones de «La Línea» (brazo armado del Cártel de Juárez) y el Cártel de Sinaloa. A pesar de los cambios de gobierno y las promesas de campaña, la realidad operativa del crimen organizado no ha cambiado. La administración actual heredó un polvorín, y los hechos de hoy demuestran que los grupos fácticos siguen teniendo el control real de las carreteras y los accesos.

Lucy Marrufo
Lucy Marrufo: 6 Datos del Terror en Ojinaga tras el Secuestro de sus Escoltas 5

4. El silencio y la respuesta del Estado

Tras conocerse la noticia, el hermetismo se apoderó inicialmente del ayuntamiento. Sin embargo, la presión mediática obligó a confirmar los hechos. Lucy Marrufo se encuentra ahora en una posición extremadamente delicada. ¿Cómo gobernar un municipio cuando tu propio escudo ha sido vulnerado?

El Gobierno del Estado de Chihuahua ha desplegado un operativo de búsqueda en la zona de Aldama y el desierto circundante, utilizando helicópteros y unidades blindadas. Sin embargo, la experiencia en la región dicta que las primeras horas son críticas. La ciudadanía observa con escepticismo, recordando otros casos donde la «fuerza del Estado» llega solo para levantar las actas, pero no para prevenir la tragedia.

5. La promesa fallida de pacificación

Uno de los ejes centrales de cualquier administración municipal es la seguridad pública. Lucy Marrufo llegó al poder con la intención de estabilizar Ojinaga, promover el turismo y el comercio transfronterizo. Sin embargo, la violencia endémica ha sido un muro impenetrable.

Este secuestro masivo de escoltas evidencia que las estrategias de contención han fallado. No se trata solo de patrullajes; se trata de una estructura criminal que ha permeado las instituciones y la vida cotidiana. Los críticos señalan que la «pacificación» ha sido solo un eslogan, mientras que en las rancherías y carreteras, la ley que impera es la del más fuerte. La alcaldesa se enfrenta a la dura realidad de que la voluntad política no basta contra los fusiles de asalto.

6. El impacto en la gobernabilidad

El secuestro de los escoltas de Lucy Marrufo genera un vacío de poder y una atmósfera de terror. Los funcionarios municipales ahora temen por su seguridad; los policías preventivos se saben superados y la población civil se encierra temprano.

La gobernabilidad de Ojinaga pende de un hilo. Si el crimen organizado puede atacar al primer círculo de la alcaldesa sin consecuencias inmediatas, la autoridad civil queda reducida a una figura administrativa sin control territorial. Este evento podría marcar un punto de inflexión en su mandato: o se endurece la estrategia con intervención federal real, o el municipio corre el riesgo de caer en una ingobernabilidad total.

Lucy Marrufo
Lucy Marrufo: 6 Datos del Terror en Ojinaga tras el Secuestro de sus Escoltas 6

7. Un cierre de año rojo para Chihuahua

El 2025 se despide de forma brutal. Lo sucedido con el equipo de Lucy Marrufo se suma a una lista de incidentes en la frontera norte que exhiben la vigencia del poder narco.

Mientras las familias de los cuatro oficiales esperan noticias y rezan por su regreso con vida, la clase política debe hacer un examen de conciencia. La violencia en Ojinaga no es un fenómeno meteorológico inevitable; es el resultado de décadas de abandono, corrupción y estrategias de seguridad fallidas.

Conclusión: La interrogante abierta

Hoy, la pregunta en Ojinaga no es sobre obras públicas o presupuesto; la pregunta es: ¿Dónde están los escoltas? Y más importante aún, ¿qué hará Lucy Marrufo ahora que la guerra ha tocado a su puerta de manera tan directa?

La pacificación de Ojinaga sigue siendo una utopía sangrienta. La carretera a Aldama, hoy vigilada por convoyes militares, es el mudo testigo de que en esta frontera, la paz es solo una pausa entre dos balaceras.

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