Los hondureños expresaron esperanzas y dudas luego de la primera ronda de negociaciones destinada a solucionar la crisis por el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, cuyos simpatizantes volvieron a exigir en una manifestación pacífica su retorno al poder.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti y algunos analistas coincidieron en expresar a su vez que los ataques lanzados la víspera por el presidente venezolano Hugo Chávez al diálogo mediado por el mandatario costarricense Oscar Arias contamina el ambiente y le hace daño a los esfuerzos.
La primera serie de las negociaciones entre delegados de Micheletti y Zelaya en la capital costarricense terminó el viernes sin acuerdos concretos y con posiciones distantes en cuanto al posible regreso del líder derrocado, el punto neurálgico del diálogo.
El ex canciller Carlos López Contreras, uno de los negociadores del gobierno interino, dijo la noche del viernes a su retorno a esta capital que la reunión fue de carácter preliminar y de aproximación entre los diferentes actores de la crisis.
“Tendremos oportunidad de reflexionar y el presidente Arias analizar las dos versiones y en su oportunidad convocar a un nuevo encuentro”, explicó.
A una pregunta sobre si una salida a la crisis podría ser la participación de un tercer actor –es decir que se designe en la presidencia a otro líder–, López acudió a la discreción señalando que “no lo confirmo ni niego” esa posibilidad. Los seguidores de Zelaya rechazan esa posible vía.
Arias, premio Nobel de la Paz, elogió a los dos bandos hondureños por su disposición a negociar, aunque reconoció que se trata de un intento que podría llevar tiempo.
Dijo que en su momento convocará a una segunda ronda de negociaciones, a la que la administración interina de Micheletti prometió participar activamente, hasta que se llegue a un desenlace.
El analista Juan Ramón Martínez dijo el sábado a la AP que habrá que darle un tiempo a la mediación, a fin de “ir construyendo propuestas, acercando posiciones en un asunto tan cargado políticamente y donde hay muchos ruidos”. Aludió, entre otras cosas, a las recriminaciones lanzadas por Chavéz contra la negociación arbitrada por Arias.
“Le ha hecho mucho daño (al diálogo)”, planteó. “Quiere seguir interviniendo. El vive del conflicto”.
Pero destacó que “en términos generales soy optimista. Honduras va a salir de esta crisis mucha más fortalecida”.
Los que respaldan a Zelaya muestran poca fe en las negociaciones y creen que podrían beneficiar a la larga a Micheletti.
“Hay muy pocas posibilidades de éxito. Lo que veo es un interés de prolongar en el poder a los golpistas y desgastar a la resistencia”, planteó el viernes a la AP Juan Barahona, coordinador nacional del Bloque Popular y miembro del movimiento contra el golpe a Zelaya.
Alrededor de 1.000 seguidores de Zelaya se congregaron el sábado en una pequeña plaza cercana al aeropuerto internacional para rendirle con un acto cultural un homenaje al joven Isis Murillo, muerto de un balazo durante las protestas del fin de semana en que Zelaya no pudo aterrizar en un avión venezolano en la terminal de Toncontín.
“Esa sangre que se perdió no va a quedar en vano”, proclamó Xiomara Castro, la esposa de Zelaya, que asistió a la concentración vestida de negro. “Mel (como se le llama al presidente derrocado) les manda un mensaje para que no claudiquen, que él ama a este país y quiere regresar”.
La multitud replicó con “¡Urge Mel!, ¡Urge Mel!… ¡Justicia, justicia!”.
La señora Zelaya dijo que su marido estaba viajando a Washington el sábado desde República Dominicana. “Está muy animado, confiado en que la OEA, la ONU y especialmente Estados Unidos adopte posiciones para poder retornar”, agregó.
Para ella, la salida no es otra que permitir a su marido terminar su periodo presidencial hasta enero 2010.
Mientras se cumplía la primera ronda de la negociación, Micheletti seguía en sus labores como gobernante y el viernes juramentó a nuevos funcionarios, incluyendo al veterano Enrique Ortez Colindres como secretario de Gobernación (Interior), tras fungir brevemente como canciller.
Micheletti, quien asistió el jueves a San José a la instalación de las negociaciones pero sin toparse cara a cara con Zelaya, dejó en claro que sólo negociaría el retorno del líder derrocado si éste va directo a un juzgado para que enfrente algunos cargos, como traición a la patria por violar la Carta Magna en su intento de hacer una consulta destinada a reformar la ley fundamental.
Reiteró que los comicios generales se realizarán en noviembre.
Zelaya fue derrocado por los militares y enviado al exilio el 28 de junio. Luego el congreso designó en su cargo a Micheletti, cuyo gobierno interino no ha sido reconocido por la comunidad internacional
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