El 2 de diciembre del 2006 Felipe Calderón designó a José Luis Luegue Tamargo como titular de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Con amplia experiencia en temas ambientales, es poseedor de dos especialidades en procesos siderúrgicos una por la UNAM y otra por el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas de Madrid, España y además tiene un diplomado en Filosofía Social en Política por la Universidad Panamericana.
Trabajó durante 14 años en la industria siderúrgica nacional y fungió como profesor durante cinco años en la Facultad de Química de la UNAM.
Era justo aquí donde quería llegar, imaginen la escena: uno de los grandes auditorios de la UNAM donde Luegue va a dictar cátedra, el lugar está a reventar, no cabe una persona más, los pocos que se aventuran a entrar, tienen que sortear las escaleras para no pisar a alguien, todos esperan ansiosos las sabias palabras del ponente. El susodicho ingresa al recinto de sabiduría y las palmas de los asistentes suenan al unísono, todos saben que de un hombre con esa amplia experiencia, solamente podrán salir grandes palabras. El silencio se apodera del lugar, cientos de ojos expectantes están sobre el rostro de Luegue, él carraspea un poco para aclarar la garganta.
– Buenas tardes- una voz ronca y bien modulada proviene del catedrático- es un honor para mí, estar hoy aquí. He venido a presentarles mi última teoría que espero goce de la aceptación y el interés de todos ustedes.
La emoción de los presentes es evidente, los jóvenes ansiosos de conocimiento parecen querer exprimir la sabiduría del hombre que esa tarde los acompaña.
– Quiero compartirles un tema que a todos nos preocupa, las lluvias extremas que últimamente sufre nuestra ciudad. Pero antes de proseguir quiero aclarar que yo no soy responsable, lo que llueve viene de allá arriba.
¿Eh? ¿Qué dijo?, imaginen ustedes las caras de interrogación de los espectadores.
Suena absurdo, el importante titular de CONAGUA nunca se atrevería a decir una estupidez de ese tamaño en una ponencia. Yo me preguntó ¿Cómo se atreve a manifestarlo a la prensa? ¿Acaso piensa que somos imbéciles y puede burlarse de nosotros de esa manera?
Por mi parte el Señor Luegue Tamargo es un irresponsable incapaz de dirigir una comisión tan importante como de la que hoy es cabeza.
¿Qué pasa con nuestros gobernantes? ¿Acaso nos merecemos tan poco que tenemos gobernantes de tercera?
No es desearle mal a nadie, pero ojala un día el irónico hombre sepa lo que es vivir con el agua al cuello, no hablo de manera metafórica, espero que viva en carne propia lo que es inundarse y que el agua se lleve literalmente todo, y tal vez entonces, justo en ese momento, querrá no haber abierto la boca para decir semejante cosa.