La secretaria de Energía, Georgina Kessel Martínez, dijo que en caso de crearse una nueva empresa dedicada al suministro de energía eléctrica en el centro del país, se evaluarán la conveniencia de recontratar trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), aunque en condiciones laborales distintas.
Por su parte el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, dijo que la ineficiencia y la inoperatividad y corrupción de la empresa propició que cuantiosas inversiones privadas no llegaran al país.
En conferencia, la titular de Energía indicó que será en las próximas semanas cuando se tome la decisión de dejar en manos de Comisión Federal de Electricidad la operación de la extinta Luz y Fuerza del Centro o crear una nueva empresa con capital ciento por ciento estatal.
La funcionaria hizo un balance de LyFC y señaló que el deterioro de la empresa no se originó en esta administración, sino desde hace muchos años, en los que hubo intentos de recuperarla mediante convenios de productividad desde 1994.
Indicó que en los últimos cinco años los costos operativos de LyFC pasaron de representar 1.7 veces el valor de sus ventas a casi más de dos veces, de acuerdo con Kessel Martínez.
Argumentó que en 2003, los costos de la empresa ascendieron a 49 mil 477 millones de pesos, mientras que las ventas fueron 28 mil 775 millones de pesos. Para el cierre de 2008, los costos aumentaron a 107 mil 25 millones de pesos, mientras que las ventas ascendieron a 50 mil 792 millones de pesos.
En conferencia de prensa, dijo que la situación financiera de la empresa decayó por el importante aumento en el número de trabajadores, que pasó de 34 mil 700 a 44 mil 500 en los últimos 12 años, propiciado por las condiciones contenidas en el contrato colectivo de trabajo.
Dijo que los empleados de esta paraestatal realizaban labores ajenas a las propias de la industria eléctrica, además de que se limitaban a funciones específicas, por ejemplo, ser chofer de una cuadrilla no implicaba cambiar una llanta si ésta se ponchaba, explicó la funcionaria.
De acuerdo con Kessel, las plazas temporales se convertían en permanentes, y se exigía la contratación de trabajadores para suplir plazas vacantes, aún si estas no eran necesarias.
Entre las prestaciones que tenía el sindicato de la empresa, la funcionaria destacó permisos con goce de sueldo hasta por 10 meses en un año; pago de viáticos como transporte, alimentación, hospedaje y lavado de ropa personal, para trasladados en la misma ciudad, destacó.
Refirió que los pasivos laborales de la empresa ascendían a 240 mil millones de pesos, de los cuales 80 mil millones correspondían a trabajadores en activo y 160 mil millones a jubilados, aunado a que Luz y Fuerza del Centro carecía de un fondo para cubrir esos pasivos. Kessel Martínez aseguró que la cuota eléctrica que se otorgaba a todos los trabajadores por 350 kilowatts/hora al mes significó una erogación para la empresa de aproximadamente 540 millones de pesos al cierre de 2008.
En referencia a la negación de servicios que demandaba la zona de influencia de LyFC, Kessel destacó que el rezago equivale a un punto del Producto Interno Bruto (PIB) o mil megawatts, lo necesario para dar electricidad a la ciudad de Querétaro o Tijuana