Una investigación del Departamento de Justicia señaló que a los oficiales en Filadelfia no se les exige usar recursos menos letales que las armas. La Policía de Filadelfia de nueva cuenta en el ojo del huracán.
Un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos señala que el pobre entrenamiento recibido por la Policía de Filadelfia, Pensilvania, lleva a que éstos teman por sus vidas en su trabajo diario, lo que a su vez genera justificaciones al uso excesivo de la fuerza.
La investigación del organismo federal iniciada en 2013 fue publicada este lunes, pocos meses después de la muerte de Brandon Tate-Brown, un afroamericano desarmado de 26 años quien fue asesinado por un oficial en diciembre.
El reporte señala que aunque los tiroteos son comunes, Policía de Filadelfia no les exige a sus elementos usar alternativas menos letales, como gas pimienta o pistolas de electricidad. La policía de Filadelfia estuvo involucrada en 390 tiroteos entre 2007 y 2014. 59 personas desarmadas fueron heridas por armas de fuego en la ciudad en 2007, un 15% de todos los tiroteos.
Cuatro personas fueron asesinadas y 17 resultaron heridas por enfrentamientos con la policía en 2014. Cerca de la mitad de los casos incluyó a sospechosos armados quienes los oficiales consideraron que estaban sacando su arma.
El Departamento de Justicia no indica que exista discriminación racial en Filadelfia. Aunque 80% de las víctimas de disparos sean afroamericanos, los blancos que recibieron disparos tenían mayor porcentaje de oportunidad de estar desarmados. También en la mayoría de los casos los sospechosos afroamericanos fueron heridos por oficiales afroamericanos.
El reporte surge semanas después de otro informe similar del Departamento de Justicia sobre el Departamento de Policía de Ferguson, en Missouri, en el cual sí se hallaron indicios de discriminación racial.