Un año después de comenzar la búsqueda del vuelo 370 de Malaysia Airlines no se han encontrado pistas del paradero del avión, pero esto no quiere decir que haya sido improductiva. Ha proporcionado lecciones y descubrimientos que podrían beneficiar a millones de personas, incluyendo a australianos de las costas, viajeros de avión y barco y científicos que intentan entender antiguos cambios sobre la corteza terrestre.
El conocimiento obtenido hasta el momento es poco alivio para las familias y amigos de las 239 personas que iban a bordo del avión de Malaysia Airlines y que siguen desaparecidas desde que, el pasado 8 de marzo, el jet se desvaneció de los radares durante un vuelo entre Kuala Lumpur, Malasia, y Beijing. Aunque dar con el aparato sigue siendo la principal prioridad de rescatistas e investigadores, lo que están aprendiendo en el camino podría ser valioso una vez termine la búsqueda.
Hasta el momento, entre los beneficios obtenidos de la busqueda del vuelo 370 de Malaysia Airlines se incluyen:
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NUEVOS MAPAS SUBMARINOS
En una región del océano Índico al oeste de Australia, donde los expertos creen que se estrelló el avión, los científicos han estado mapeando el suelo marido para ayudar a la búsqueda del fuselaje.
Los mapas anteriores se basaban en datos de satélite, que solo ofrecen estimaciones aproximadas sobre la profundidad del océano. Ahora, empleando lecturas de sonar de barcos, los científicos han cartografiado un área del tamaño del estado de Nebraska y han descubierto fosas oceánicas y montañas submarinas hasta ahora desconocidas y que rivalizan en altura con cualquiera en la superficie de Australia.
Los rescatistas obtienen lecturas incluso más detalladas empleando pequeños vehículos submarinos llamados “towfish”, que son remolcados justo por encima del suelo marino.
Científicos de todo el mundo esperan ansiosos el lanzamiento de mapas en tres dimensiones y datos una vez se complete la búsqueda.
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MEJOR PREDICCION DE TSUNAMIS
Stuart Minchin, un jefe de división de Geoscience Australia, dijo que cuando los mapas se publiquen y se analicen con más detalle, proporcionarán a los científicos un mejor conocimiento de áreas que durante terremotos son susceptibles de sufrir deslaves submarinos que pueden crear o exacerbar los tsunamis.
La información ayudará a los científicos a señalar áreas junto a la costa occidental australiana que son particularmente vulnerables a tsunamis y permitirá mejores alertas y predicciones para residentes en la costa, añadió.
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BUSQUEDA Y RESCATE, MEJORADOS
Conocer la tipografía del suelo oceánico también ayuda a los científicos a predecir las corrientes oceánicas, dijo Minchin. Esto podría ayudar a una amplia variedad de aspectos, desde predecir hacia dónde se dirigirá un barco a la deriva para una operación de búsqueda y rescate a cómo las especies marinas se expanden a nuevas áreas.
Incluso podría ayudar a los científicos a entender como se distribuye el calor a través del océano, información que podrían emplear meteorólogos para predicciones más ajustadas, apuntó Minchin.
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MEJOR SEGUIMIENTO DE AVIONES
Si algo aprendió la industria de la aviación del vuelo 370 es que hace falta más seguimiento, incluso para aviones que se espera que sobrevuelen zonas terrestres en todo su trayecto.
La Organización Internacional de Aviación Civil, que forma parte de Naciones Unidas, ha propuesto que se exija a las aerolíneas tener actualizaciones de la posición de sus aviones cada 15 minutos. Se espera que este requisito entre en vigor en noviembre de 2016.
Un requisito más estricto pediría información actualizada al minuto si se detecta fuego o para una aeronave que hace un movimiento no habitual, como un descenso o incremento brusco de la altitud. Esto solo se aplicaría a jets fabricados a partir de 2020.
El ministro australiano de Transporte, Warren Truss, dijo el domingo que la agencia de gestiona el espacio aéreo nacional trabajará con sus contrapartes de Malasia e Indonesia para probar un nuevo método, que permitiría que los aviones sean rastreados cada 15 minutos, frente a los 30-40 minutos actuales. Sin embargo, incluso aunque el vuelo 370 hubiese seguido este sistema, no habría sido posible localizarlo porque el transponedor y otros equipos fueron apagados.
Como los investigadores aún no saben qué ocurrió con el vuelo 370, las aerolíneas no tienen información que les ayude a actualizar sus sistemas mecánicos o técnicas de entrenamiento en vuelo.
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MEJORA EN BÚSQUEDAS MULTINATIONACIONALES
El capitán Chris Budde, director de operaciones marítimas de la 7ma flota de la Armada de Estados Unidos, dijo que cuando colaboró en la búsqueda internacional de otro avión desaparecido en noviembre, el trabajo fue más fácil gracias a lo aprendido durante la operación del vuelo 370.
La última operación de este tipo fue para el vuelo 8501 de AirAsia, que se precipitó en el mar de Java cerca de Indonesia, matando a las 162 personas que iban a bordo.
Budde dijo que tareas como establecer frecuencias de radio comunes entre países y determinar a quién contactar en tierra para tareas de búsqueda se completaron de forma más eficiente luego de que Indonesia estudiase y aprendiese de la experiencia en Malasia.
“Estos acontecimientos son trágicos, pero ayudan a construir cooperación y estabilidad regional ya que los ejércitos trabajan juntos”, dijo.
El capitán dijo que la flota de la Armada estadounidense también pudo modificar su tecnología sobre la marcha durante la búsqueda del vuelo 370, ajustando su equipo de sonar para detectar, a corta distancia, señales de las cajas negras del avión. Ese ajuste pudo emplearse una segunda vez en la búsqueda del avión de AirAsia, explicó. En ninguno de los dos casos tuvo éxito.
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POSIBLES MEJORAS EN SATÉLITES
La búsqueda expuso muchas de las limitaciones de las imágenes obtenidas con satélites, dijo Joseph Bermúdez Jr., cofundador de AllSource Analysis, con sede en Longmont, Colorado. En el largo plazo, explicó, esto podría llevar a muchas compañías a mejorar las capacidades técnicas de sus satélites – por ejemplo haciendo que detecten diferentes y mejoradas longitudes de onda.
Mucha gente asumió que, como en las películas, podrían rastrarse imágenes satelitales para ver el cambio de rumbo del avión o avistar su fuselaje. En la realidad, señaló Bermúdez, los satélites comerciales no están pensados para tomar imagines de remotas zonas de océanos y cuando lo hacen, suelen ser confusas y se necesita a expertos para descifrarlas.
La desaparición del avión generó tanto interés que adicionados de todo el mundo estudiaron imágenes satelitales en cibersitios de crowd-sourcing para identificar entre dos y tres millones de posibles avistamientos del avión o sus restos, añadió.
“Ninguno de ellos era correcto”, dijo apuntando que la gente necesita estar mejor entrenada en la lectura de esas imágenes antes de participar en la tarea. Una mejora en la calidad de las imágenes, señaló, también ayudaría.
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UNA VENTANA A LA HISTORIA
Robin Beaman, geólogo marino de la Universidad James Cook de Australia, dijo que los mapas submarinos podrían mostrar a los científicos cómo la corteza terrestre se extendió y separó hace millones de años, un proceso que continúa hoy en día y que está alejando lentamente a Australia de la Antártida.
“Está encajando las piezas del rompecabezas de nuevo. Y no es solo un ejercicio académico”, dijo Beaman. “Los grandes zonas de gas de Australia están al oeste, y si ese rompecabezas vuelve a encajar de nuevo podrían hacerse una idea de cómo se crearon esos recursos”.
Dave Gallo, director de proyectos especiales del Instituto Oceanográfico Woods Hole de Massachusetts, dijo que menos del 8% del mundo submarino había sido explorado.
“Es más difícil que buscar en marte, porque no hay luz”, dijo. “Por lo que se está en un mundo completamente desconocido con montañas que son más robustas que en la tierra. No hay mapas, todo es pura y básica exploración para una misión que no solo está explorando, sino también buscando un avión”.