El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, aseguró que las últimas propuestas del gobierno interino son un “segundo golpe de Estado”.
Hasta la fecha, las negociaciones entre ambas partes fracasaron en los intentos por llegar a un acuerdo.
El presidente interino, Roberto Micheletti, afirmó estar dispuesto a renunciar, pero sólo si Manuel Zelaya abandona sus peticiones de regresar a la presidencia
En diálogo con un medio de comunicacion europeo, el depuesto presidente aseguró que estaba siendo sometido a tortura psicológica desde que se refugiara en la embajada brasileña en Tegucigalpa hace un mes.
Zelaya indicó que los militares que se encuentran en el exterior del recinto diplomático tienen en funcionamiento altavoces con música estridente durante toda la noche con el fin de impedirle el sueño a él y a sus partidarios.
Desde que regresó a la capital hondureña el pasado 21 de septiembre, Manuel Zelaya y un reducido grupo de afines no han abandonado la sede diplomática brasileña en ningún momento.
Tras un mes de tira y afloja entre las dos partes, las negociaciones estuvieron al borde del fracaso en varias ocasiones y ahora se encuentran en un punto muerto.
El 19 de octubre, Zelaya rechazó la propuesta del gobierno interino para que la Corte Suprema decida su restitución en la presidencia.
Para el depuesto presidente, debe ser el Congreso quien disponga su restitución y le autorice a concluir el mandato para el que fue elegido, que acabaría en enero de 2010.
Por otro lado, Zelaya apuntó que el fracaso en la resolución de esta crisis política mostraría la debilidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Naciones Unidas.
Aunque la OEA mantiene que aún no ha abandonado la esperanza de encontrar una solución dialogada, el plazo para las elecciones-convocadas por los golpistas para el 29 de noviembre- está cada vez más cerca