Con pocos pendientes en su palmarés, la rusa Maria Sharapova buscará añadir un trofeo más a su vasta vitrina cuando se presente por primera vez en Acapulco, como principal figura de la edición XXII del Abierto Mexicano de Tenis.
El cambio de superficie que sufrió el evento, de arcilla a dura, favoreció para que diversas estrellas incluyeran el AMT en su calendario, tal como hizo Maria Sharapova, que tomará su visita a tierras mexicanas como previo al mes de marzo, donde encarará un par de citas de Masters 1000, en Indian Wells y Miami.
Al ser su primera incursión en este torneo, Maria Sharapova aspira a puntuar las 500 unidades que éste ofrece, las cuales serían de vital importancia para seguir al acecho de la cima del escalafón mundial, que está en manos de la estadunidense Serena Williams por mil 500 puntos de ventaja.
La rusa Maria Sharapova jamás ha podido culminar una campaña como líder del ranking que coordina la Asociación Femenil de Tenis (WTA) y la cita en Guerrero podría significar una plataforma que la impulse a lograr por fin esa meta.
Pero finalizar como número uno del orbe sólo sería “la cereza del pastel”, porque la ex mandamás del circuito femenil se ha consagrado en las principales competencias internacionales, como los Juegos Olímpicos, en los cuales obtuvo la presea plateada en Londres 2012.
Asimismo puede presumir que en ese mismo año se convirtió en apenas la décima mujer en la historia que consiguió la hazaña de adjudicarse los cuatro Grand Slams (Australia, Roland Garros, Wimbledon y Estados Unidos).
La diestra Maria Sharapova, de 27 años de edad, intentará representar con éxito a su nación, que en el Puerto de Acapulco únicamente ha tenido una embajadora en el duelo por el título de damas, la también medallista olímpica Elena Dementieva, finalista en 2001.
Desde principios de octubre del año pasado, la organización del certamen acapulqueño anunció con bombo y platillo la inclusión de “Masha” en el cuadro principal, mismo que se desarrollará del 23 al 28 de febrero.