El presidente electo de Filipinas animó al pueblo a ayudarlo en su lucha contra la delincuencia, al instar a los ciudadanos armados a disparar contra traficantes de drogas que se resistan a ser detenidos.
En un discurso televisado el sábado por la noche y ante una multitud en la sureña ciudad de Davao, Rodrigo Duterte dijo que los filipinos que lo ayuden en la guerra contra la delincuencia serán recompensados.
No duden en llamarnos o a la policía, o bien háganlo ustedes mismos si tienen armas. Ustedes tienen mi apoyo”, dijo Duterte, al advertir que en el país existe un extenso comercio ilegal de drogas que ha corrompido a la policía del archipiélago.
Si un vendedor de drogas se resiste a ser detenido o se niega a ser llevados a una comisaría de policía y amenaza a un ciudadano con una pistola o un cuchillo, “ustedes lo pueden matar”, dijo Duterte.
“Dispárenle y les daré una medalla”, declaró.
Duterte, de 71 años de edad, ganó las elecciones presidenciales del 9 de mayo luego de una atrevida promesa de que acabará con la delincuencia y la corrupción en los primeros seis meses de su presidencia.
Esa promesa encandiló a muchos filipinos cansados de la delincuencia, aunque las autoridades policiales consideran que se trató solo de retórica de campaña imposible de cumplir.