Médicos sin Frontera pide justicia tras ataque en Afganistan. Algunos de los supervivientes del bombardeo estadounidense contra un hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en Afganistán en octubre piden un juicio público y consideran “inaceptable” las conclusiones de la investigación militar estadounidense.
El Departamento de Defensa estadounidense reveló el viernes un informe muy esperado de 3.000 páginas sobre el ataque al hospital de Kunduz que causó 42 muertos el 3 de octubre de 2015. Concluye que los 16 soldados sancionados no serán juzgados por un tribunal marcial porque no fue -dice- un crimen de guerra.
“Fue un bombardeo intencionado de las fuerzas estadounidenses y lamentamos que no reconozcan que se trata de un crimen de guerra, para nosotros, es inaceptable”, declaró Hamdulá, de 27 años, que trabajaba en el hospital y cuyo tío murió esa noche. “Deben ser juzgados públicamente”, declaró.
“Es una broma que Estados Unidos estime que no se trata de un crimen de guerra, es inaceptable”, afirmó Zahidulá, de 24 años, que trabajaba como cocinero en el hospital y perdió a su primo en el ataque.
El bombardeo estadounidense obligó a MSF a cerrar el hospital de Kunduz, el único de la región, y levantó una ola de indignación internacional que hizo que el presidente Barack Obama tuviera que disculparse.
La presidencia afgana expresó su satisfacción por la investigación estadounidense y la calificó de “exhaustiva”.
El bombardeo contra el hospital se produjo durante los combates entre rebeldes talibanes y las fuerzas afganas apoyadas por la OTAN por el control de Kunduz.
Los insurgentes llegaron a controlar brevemente esta capital provincial estratégica del norte del país, en lo que fue su victoria más espectacular desde la caída del régimen de los talibanes en 2001.