El papa Benedicto XVI dijo el lunes que la Iglesia debe reflexionar sobre los errores en su mensaje y en la vida cristiana en general, que permitieron la diseminación de los abusos contra menores de edad cometidos por sacerdotes y religiosos.
Benedicto subrayó que muchos sacerdotes hacen buenas obras, pero dijo que las revelaciones de abusos en el 2010 alcanzaron una “dimensión inimaginable” que requirió que la iglesia aceptara la “humillación” como un llamado para la renovación.
Benedicto dijo que la iglesia debe entrenar mejor a sus sacerdotes para que estos abusos nunca vuelvan a ocurrir y que se debe encontrar la forma de ayudar a sanar a las víctimas.
El Papa hizo estas declaraciones ante cardenales y obispos en el Vaticano, reunidos para su tradicional discurso de Navidad, una serie de presentaciones muy esperadas que el sumo pontífice utiliza para abordar asuntos cruciales sobre los que desea que reflexione la jerarquía eclesiástica.