La canciller alemana, Angela Merkel, criticada en su país y aislada en Europa, intenta este viernes lograr el apoyo de Turquía para reducir el flujo de migrantes, en un momento en el que nuevos naufragios enlutan el mar Egeo.
Al menos 44 víctimas, entre ellas 20 niños, perecieron en tres naufragios sucesivos entre las costas de Turquía y Grecia. Varios migrantes están desaparecidos, según la policía portuaria griega, que los busca activamente.
En este contexto, Merkel se entrevista este viernes en Berlín con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y sus principales ministros en una reunión de consultas germano-turcas, inéditas en este formato, y que la propia canciller califica de “clave” para resolver la crisis de los migrantes.
Una conferencia de donantes para Siria está prevista el 4 de febrero en Londres, antes de una cumbre europea a mediados de ese mes. “Sólo después podremos hacer un primer balance”, dijo Merkel. La canciller habló la noche del jueves de la conferencia de donantes de Londres con el presidente estadounidense, Barack Obama, en una entrevista telefónica, según su portavoz. Éste dijo que Obama prometió una participación “sustancial” de su Gobierno en la conferencia de donantes.
Turquía, país por el que pasan gran parte de los candidatos a lograr asilo en Europa, desempeña un papel central en la estrategia de Merkel de reducir este año de manera “significativa” el número de solicitantes de asilo que llegan a Alemania, y que alcanzaron en 2015 la cifra récord de un millón.