Los cinco mexicanos que murieron en un incendio en un suburbio de Detroit el fin de semana no eran ciudadanos estadounidenses ni estaban legalmente en el país, informaron las autoridades el miércoles.
La policía de Novi indicó que las autoridades locales y federales tratan de determinar cómo los cinco, de 16 a 23 años de edad, llegaron para habitar el sótano de la casa del propietario del restaurante donde trabajaban. El director de seguridad pública, David Molloy, dijo que por lo menos dos de las víctimas entraron a Estados Unidos por Texas, pero no sabe cómo.
Los cinco fueron hallados tras el incendio el domingo por la mañana, que parece haber sido accidental. El sótano tenía escaleras al primer piso, pero las ventanas de bloques de vidrio impedían todo escape en caso de emergencia.
La casa era propiedad de Roger Tam, quien según la policía llamó el domingo por la mañana para reportar el incendio. The Associated Press dejó mensajes el martes y miércoles en el restaurante Kim’s Garden en procura de hablar con Tam.
Los investigadores no descartan ningún cargo, que podrían incluir negligencia, violación a los códigos edilicios o tráfico de personas.
“Es un vecindario de clase media alta… y había muchas personas habitando esa casa”, comentó Molloy. “En la superficie podría haber (violaciones de) varios requerimientos locales y de códigos edilicios”.
El trato de inmigrantes que trabajan en restaurantes y viven juntos ha generado atención nacional, pero más recientemente en el área de Chicago, donde un abogado de Illinois interpuso en noviembre una demanda para frenar supuestas violaciones a los derechos civiles en hospedaje y pago.
Molloy dijo que su departamento no ha lidiado con Tam o su restaurante en ese tipo de cuestiones, y no estaba consciente de un problema mayor en el suburbio o las zonas vecinas con respecto al trato de empleados inmigrantes
La policía identificó a la quinta víctima, Pablo Encino de 23 años, y confirmó que también trabajaba en el restaurante. Los otros, cuyos nombres se dieron a conocer el martes, son Leonel Rodríguez de 18 años; Miguel Díaz de 23; Brayan Contreras de 16 y Simeón Núñez de 18.
Carrie Pastor Cardinale, abogada migratoria del área de Detroit y quien no está involucrada en el caso, dijo el miércoles que la noticia del estatus migratorio de las víctimas es “un fuerte indicio” de que las “estaban siendo explotadas”.
“Es algo que sin duda está ocurriendo aquí”, afirmó. “Lo más atroz que vemos es gente que trabaja sin recibir un sueldo y es amenazada con la deportación si llegan a quejarse”.