En el centralizado sistema sanitario mexicano los servicios de salud –privados, de seguridad social y los que carecen de los anteriores (población abierta)–, se apoya en la SecretarÃa de Salud y otras instituciones, del sector público o asociaciones civiles.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está a cargo de la seguridad social que presta a trabajadores de empresas privadas o asalariados.
Mientras que para el sector público (federal, estatal o municipal), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se encarga de la atención de los derechohabientes.
La SecretarÃa de Salud destina sus servicios a la población abierta, institución que solventa también necesidades de asalariados.
Según el reporte â??Health Data 2008â?, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México se distingue por ser el paÃs que menos recursos destina a salud pública, con 6.6% de su PIB, cuando el promedio, el resto de los estados miembros, asegura 8.9 por ciento.
Su rezago en infraestructura puede medirse, entre otros parámetros, por el número de camas hospitalarias, el IMSS reconoce que dispone de 0.83 camas por cada mil habitantes, cuando el promedio de los miembros de la OCDE es de cuatro por cada mil personas, lo que equivale a un rezago de 25 años.
De acuerdo con Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide Social), por cada dos mil habitantes hay tres médicos, un consultorio y cuatro enfermeras, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre dos y tres médicos por cada mil habitantes.
En el paÃs, según datos de la SecretarÃa de Salud, hay 1.8 médicos por cada mil habitantes