La década de los años 70 marca un antes y un después en la dinámica migratoria entre México y Estados Unidos. En efecto, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), entre 1960 y 1970 la pérdida anual de población por concepto de emigración internacional se ubicó en alrededor de 28 mil personas.
En la siguiente década, esta magnitud creció en aproximadamente cuatro veces, pues la emigración anual estimada pasó a cifras que se ubican entre las 120 mil y las 150 mil personas que dejaron el país para ir a vivir de manera permanente a Estados Unidos de América.
Para la década que va de 1980 a 1990, la pérdida neta anual por migración internacional, predominantemente hacia Estados Unidos, se ubicó en un promedio anual aproximado entre las 210 mil y las 260 mil personas.
Posteriormente, en el primer quinquenio de 1990 la cifra se elevó a 300 mil migrantes anuales; mientras que en el segundo quinquenio de esa década se incrementó aún más, a un promedio de 360 mil personas al año; cifra que llegó a su nivel récord entre los años 2000 y 2005, periodo en el que se ubicó en 400 mil migrantes anuales.
Y hoy, se sigue migrando sin que parezca que haya algo que haga que la gente se quede en nuestro país.