La canciller alemana Angela Merkel y sus nuevos aliados liberales presentaron su programa de gobierno, prometiendo 24,000 millones de euros de disminución de impuestos a pesar del déficit presupuestario, agravado por la peor crisis económica en 50 años.
El gobierno que prestará juramento el miércoles “reducirá la carga fiscal de las familias, reformará el impuesto para las empresas y el impuesto a la herencia”, anunció Merkel en una conferencia de prensa conjunta con el jefe de los liberales, Guido Westerwelle, su próximo ministro de Relaciones Exteriores.
Las reducciones fiscales comenzarán a partir del 1 de enero de 2010, precisó Merkel.
En una segunda etapa, el régimen fiscal -uno de los más complejos del mundo- será reformado a partir de 2011, “para simplificarlo y hacerlo más justo”, agregó Westerwelle, refiriéndose a una de sus promesas de campaña.
En total, para fines de 2013, 24,000 millones de euros de reducciones fiscales beneficiarán a los hogares y a las empresas alemanas, según el programa gubernamental.
Simultáneamente, una reforma de la financiación del sistema de salud pública desembocará en el aumento de las cotizaciones de los asegurados, los únicos que deberán soportar el alza de los costos médicos provocados por el envejecimiento de la población, mientras que las cotizaciones de los empleadores serán sometidas a un tope.
La canciller y sus aliados se mostraron vagos en lo que respecta a la financiación de las medidas fiscales, luego de que la crisis vació las arcas del Estado.
Serán las “economías”, en primer lugar en el funcionamiento del aparato estatal, y “el crecimiento” futuro los que financiarán la falta de ingresos fiscales, sostuvo Westerwelle.
“Se trata fundamentalmente de alentar al empleo”, agregó la canciller, recordando que “100,000 desempleados menos equivalen a un ahorro de 2,000 millones de euros.
La deuda alemana asciende ya a más de 1.5 billones de euros, o sea unos 20,000 euros por persona, y Alemania gasta varias decenas de miles de millones anuales en pagar los intereses de su deuda.
Wolfgang Schaeuble, un veterano de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que ya trabajó con el canciller Helmut Kohl, será el próximo ministro de Finanzas, anunció Merkel.
Este tendrá la dura tarea de reducir el déficit, tratando de que “los gastos progresen menos rápidamente que el Producto Interior Bruto (PIB)”, indicó Westerwelle.
Para preservar su jerarquía de potencia económica, el nuevo gobierno se fijó la meta de llevar a Alemania al primer lugar del mundo en materia de “educación, ciencias e investigación”, destacó la cancillería