Me deja pensando fuertemente el que El Diario de Juárez dedicara este domingo 19 de septiembre su editorial de forma abierta y directa al crimen organizado.
Pero no señalándolo o atacándole, sino pidiendo una tregua, solicitando que informen los carteles de la droga que tienen en disputa la plaza fronteriza, que es lo que desean tras la muerte de dos reporteros del diario, lo que se publique o deje de publicar.
Entiendo que nada alcanza a pagar una vida humana, que nada se compara y alcanza a tener la misma estima, pero que el Diario de Juárez llame a “las autoridades de facto” de la ciudad, es un hecho.
Un hecho que se acompaña de no claudicar ni rendirse en lo que se viene haciendo, sino mas bien, saber a qué atenerse.
Ya para que el editorial del Diario de Juárez se le dedicara al crimen organizado, en general, sin nombre ni apellido a un cartel en sí, es que algo esta ocurriendo mas allá de lo que seriamente venimos entendiendo desde aquí.
Cuando el crimen comienza a cobrar la factura de inexistentes ofensas, es porque comienza a callarse la expresión de un ser como una nación. México no es Colombia, es verdad que mucho nos falta, pero quienes vivieron en el Colombia de los ochentas saben que la virulencia mostrada por algunos carteles de la droga en México, les rebaza y por mucho.
Mi solidaridad con el Diario de Juárez, que en esta profesión informar es vivir, aunque en ello vaya la vida.
El Enigma
Analista consultor en riesgos financieros y económicos, editor en jefe de Solo-Opiniones y Sumayresta.net