El problema del narcotráfico en Michoacán no es nuevo, desde los años 50, esta actividad ilegal está presente en la forma de vida de los purépecha.
La tierra es propicia para ello. Sus altas y encrespadas montañas cubiertas de enormes bosques de finas maderas, de accesos complicados; rico en flora y fauna silvestre; con toda clase de climas, prósperos para la siembra de limón, aguacate, melón, mango, plátano, zarzamora, también lo son para la amapola y la mariguana.
Michoacán es un paraíso, pero 50% de su población está en la pobreza, además de que hoy se ha convertido en un infierno de extorsiones, asesinatos, secuestros y complicidades entre narcotraficantes y autoridades.