La sonda Phoenix ya no resurgirá de entre las llanuras heladas de Marte.
El lunes, la NASA declaró oficialmente muerto al aparato de tres patas tras los fallidos y repetidos intentos por restablecer contacto con él.
Una imagen reciente tomada por una nave que orbita el planeta rojo mostró que uno de los paneles solares del Phoenix se cayó debido a una acumulación de hielo.
La nave tocó la superficie marciana el 25 de mayo del 2008 cerca del polo norte de Marte y funcionó a la perfección durante cinco meses, dos más de lo previsto, hasta que disminuyó la luz solar en esa zona.
Aunque los científicos no esperaban que el Phoenix sobreviviera al invierno se mantuvieron pendientes ante cualquier posible señal que emitiera la nave.
“Teníamos muy pocas expectativas de que el Phoenix se recuperara, pero es una de esa cosas que teníamos que intentar (restablecer la comunicación), incluso a pesar de que las posibilidades son escasas”, dijo el principal investigador de la misión, Peter Smith, de la Universidad de Arizona en Tucson.
El orbitador Mars Odyssey dio este año unas 200 vueltas por el lugar donde se posó el Phoenix en un intento por restablecer la comunicación.
Después de que la semana pasada llegara la primavera al hemisferio norte de Marte, la NASA volvió a intentar la comunicación con la sonda pero no hubo respuesta.
A principios de mes, una imagen tomada por otra nave espacial, el orbitador Mars Reconnaisance, mostró cambios en las sombras del Phoenix, las cuales coincidían con los pronósticos de que las acumulaciones de hielo de dióxido de carbono podrían doblar o quebrar sus paneles solares.
El Phoenix ha sido la primera nave espacial que se posa en las llanuras árticas marcianas, donde cavó pequeñas zanjas con un brazo robot sobre el suelo. Uno de sus primeros logros fue confirmar la presencia de hielo de agua en el sitio donde se posó