Una operadora de 911 recibió el llamado de emergencia de una mujer que estaba en plena inundación y en lugar de ayudarle, la regañó por conducir en el agua.
Debra Stevens murió en la inundación pero horas antes realizaba cotidianamente la entrega de periódicos en su localidad, cuando el agua comenzó a inundar las calles, la mujer subió a su auto y llamó al 911, pero no recibió la adecuada ayuda.
La última y desesperada llamada de la mujer comenzó con un: “Tengo una severa emergencia, por favor ayúdeme, el agua llegó a las ventanas de mi auto y no puedo salir”, y recibió como respuesta: “Cálmate y dime donde estás”.
La llamada siguió con la operadora preguntando datos como “¿De qué color es tu vehículo?”, Stevens mencionó a la operadora la dirección donde estaba y le dijo que estaba segura de que iba a morir, posteriormente la telefonista contestó con “Te estás volviendo loca, no te vas a morir así que cálmate”.
La mujer que pedía auxilio comenzó a decir en tono nervioso que su teléfono no era a prueba de agua, aunque el aparato era nuevo y que tal vez perdería la conexión de la llamada debido a que le agua casi le llegaba al cuello, la operadora se burló diciendo que por qué le preocupaba que su teléfono era nuevo.
“A quien le importa que tu teléfono no sea nuevo”, expresó.
La mujer comenzó a gritar y le pidió a la telefonista que rezara por ella, la trabajadora del servicio de emergencia solo le dijo: “Eso te enseñará a la próxima vez a no conducir en el agua, no se como no lo viste venir, tuviste que ver el agua”.
“Señorita Debbie, se que está respirando porque me está gritando, los bomberos ya están en camino”, expresó, sin embargo Debra Stevens ya no se escuchó de nuevo.
“¿Señorita Debbie?, ¿señorita Debbie?”, dijo la operadora pero ya no recibió respuesta.
El equipo de emergencia arribó al lugar pero ya no pudieron hacer nada por la mujer de 47 años, más personas murieron esa tarde ante la inesperada inundación.