Una descarga de cuerno de chivo (rifles AK 47) y las vidas de Rosana, María y Linda, de 23, 22 y 10 años, se terminó dentro de una camioneta Ram 1500 que circulaba por una de las principales avenidas de Ciudad Juárez, Chihuahua, conducida por un hombre desconocido que también falleció a principios de octubre.
Justo un mes antes, Adriana Ruiz Muñiz, una guapa edecán de 30 años, fue raptada cuando se dirigía a su casa, ubicada al sur de la fronteriza Tijuana, y apareció dos días después en un basurero decapitada y con huellas de tortura.
Por la zona, también tres muchachas de menos de 20 años fueron disueltas en ácido el 2 de abril pasado en la ciudad de Mexicali, en Baja California, por el sicario y narcotraficante Antonio Grajeda Mendoza, “El Negro”, quien confesó al Ejercito sobre el paradero de las jóvenes desaparecidas en agosto de 2008.
La Secretaría de la Defensa Nacional reportó que en los últimos tres años han sido asesinadas en promedio 165 mujeres por asuntos relacionados con el narcotráfico como la venta, transportación y cruce de droga a Estados Unidos; robo de autos, distribución de pagos a integrantes del crimen organizado o por suplir a sus parejas.
La prensa local del norteño estado de Chihuahua, que concentra el 40% de las más de 14 mil ejecuciones registradas en México desde 2007, contabiliza cifras más estremecedoras: sólo en este año documentó 121 homicidios de mujeres en Ciudad Juárez.
De estos casos, al menos 95 perdieron la vida por impactos de bala y en 71 se estableció como principal línea de investigación la delincuencia organizada y el narcotráfico, a diferencia de otros tiempos cuando el homicidio de féminas era por causas sexuales o por violencia intrafamiliar Un informe de la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua señala que tales víctimas fueron asesinadas con armas calibre .9 milímetros o fusiles AK-47 o calibre .50 conocidas como “matapolicías”.
“Las mujeres están siendo involucradas por sus parejas o por familiares, quienes en otros tiempos se oponían a que la mujer tuviera un papel activo”, dice Leonel Aguirre, de la organización Derechos Cívicos de Sinaloa, entidad donde al menos 60 mujeres han muerto a balazos, quemadas o degolladas en 2009.
Entre las más recientes ejecuciones con este perfil en el estado sureño de Guerrero se suman cinco mujeres de entre 20 y 35 años de edad encontradas el pasado 23 de septiembre en Guerrero, apilados al borde de la carretera estatal que une a los balnearios de Acapulco y Zihuatanejo.
Estaban rodeadas de casquillos cerca de una de las playas más hermosas del país