El ejercicio de estas libertades se vio condicionada “por factores coyunturales e intemporales” en Guatemala y por el agravamiento del autoritarismo del Gobierno en Nicaragua, indicó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en sus informes por país.
En Guatemala, el organismo dio cuenta del asesinato de un periodista, agresiones, intimidaciones, censura y ataques cibernéticos.
La seguridad de los medios y los periodistas en Guatemala “continúa siendo crítica” y hay regiones del país donde los comunicadores se autocensuran en la cobertura de hechos de violencia vinculados al narcotráfico por temor a represalias, destacó.
El Observatorio de los Periodistas del Centro de Reportes Informativos Sobre Guatemala (Cerigua) registró 47 agravios a la prensa hasta el 22 de septiembre y la Unidad Fiscal de Delitos contra Periodistas de Guatemala había recibido 76 denuncias, detalló.
En tanto, dijo, Nicaragua “se ha agravado el autoritarismo del Gobierno, lo que genera mayores riesgos para la libertad de prensa y la democracia”.
En este país cada vez hay menos medios independientes, un solo canal abierto y algunos de cable, mientras que la publicidad estatal es manejada como si fuera privada, apuntó.
El informe reflejó la inquietud por la situación política al señalar que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, consiguió el control absoluto de todos los poderes del Estado, incluyendo al Consejo Supremo Electoral, de cara a las elecciones del 6 de noviembre.
La SIP destacó que el Gobierno de Ortega ha expulsado a 14 personalidades que llegan a Nicaragua a dar conferencias sobre derechos humanos, además de que el Congreso ha declarado que no habrá observación electoral.
El pasado 7 de octubre, el director de “Confidencial”, Carlos Fernando Chamorro, denunció ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos actos de intimidación y espionaje político de parte de miembros del Ejército y del Frente Sandinista, agregó.
En El Salvador, el organismo celebró los avances de la justicia para sancionar “graves atentados contra la libertad de expresión”, si bien sigue existiendo, desde el poder político, control y ocultamiento de la información pública.