Las autoridades prohibirán los concursos basados en el consumo de bebidas alcohólicas y obligarán a los propietarios de los bares a ofrecer a sus clientes agua gratis para frenar la cultura de alcoholismo en Gran Bretaña, anunció el martes el gobierno.
Empero, los médicos y los cabilderos de la salud dijeron que el gobierno no ha usado su arma más eficaz: imponer precios mínimos para controlar el consumo de alcohol.
Las nuevas medidas son “mejores que nada”, dijo Carys Davis, vocera de la organización de caridad Alcohol Concern (Preocupados por el alcoholismo). Agregó que esas medidas “parecen tímidas”, aunque reconoció que la prohibición de los concursos sobre consumo de bebidas alcohólicas y otras medidas de promoción podrían fomentar la moderación en la bebida.
El consumo de bebidas alcohólicas es un tema político que ha surgido en los últimos años en Gran Bretaña. Los fines de semana los centros de muchas poblaciones están colmados de jóvenes que van de un “pub” (bar) a otro y las estadísticas gubernamentales sugieren que las muertes causadas por el alcoholismo se han duplicado desde 1991.
El año pasado, la directora de Salud Liam Donaldson sugirió que el control de los precios podría eliminar casi 100.000 ingresos a hospitales y 45.000 delitos cada año.
El secretario del Interior Alan Johnson dijo el martes a la radio de la BBC que no ha descartado la imposición de precios mínimos, aunque no desea castigar a los “bebedores responsables de bajos ingresos”.
Las nuevas normas -que entrarán en vigencia este año tras ser aprobadas por el Parlamento- prohibirán los concursos para determinar quién es capaz de beber más en un plazo determinado y las ofertas de consumir todo el alcohol posible por un precio fijo. Los bares tendrán que ofrecer esas bebidas en cantidades menores y agua corriente gratis.