21 DE JULIO DE 2009 | GINEBRA — Conforme evoluciona la pandemia de 2009, cambian también los datos necesarios para evaluar los riesgos, tanto en los países afectados como a nivel mundial.
En estos momentos se considera que es inevitable que la pandemia siga propagándose en los países afectados y llegue a nuevos países.
Esta predicción está plenamente avalada por la experiencia. La pandemia de gripe de 2009 se ha propagado por todo el mundo a una velocidad sin precedentes. En las pandemias anteriores los virus gripales necesitaron más de seis meses para extenderse tanto como lo ha hecho el nuevo virus H1N1 en menos de seis semanas.
El creciente número de casos registrados en muchos países con transmisión comunitaria sostenida está haciendo que a muchos de ellos les resulte extremadamente difícil, cuando no imposible, confirmarlos mediante pruebas de laboratorio. Además, en esos países el recuento de los casos ha dejado de ser esencial tanto para vigilar el nivel o la naturaleza de los riesgos asociados al virus pandémico como para orientar la aplicación de las medidas de respuesta más apropiadas.
Es necesario mantener la vigilancia
Esta pandemia se ha caracterizado hasta ahora por la levedad de los síntomas en la gran mayoría de los pacientes, que generalmente se recuperan en el término de una semana, incluso sin tratamiento médico. Sin embargo, es preciso que todos los países mantengan una estricta vigilancia para detectar cualquier evento inusual, como por ejemplo conglomerados de casos graves o mortales de infección por el virus pandémico (H1N1) 2009, conglomerados de casos de enfermedad respiratoria que requieran hospitalización, o cuadros clínicos inhabituales asociados a una especial gravedad o mortalidad.
Otros posibles indicios de cambio del actual perfil de actividad gripal sería la aparición de pautas de transmisión nuevas por inesperadas, inusuales o muy marcadas. Entre las señales a vigilar cabe citar los picos de absentismo escolar o laboral, o una mayor gravedad de los cuadros clínicos, delatada quizá por una mayor afluencia a los servicios de urgencias.
En general, el hecho de que los servicios de salud tengan dificultades para atender los casos es señal de que están sufriendo tensiones, pero también puede reflejar que se ha producido un aumento del número o la gravedad de los casos.
Una estrategia centrada en la detección, la confirmación de laboratorio y la investigación de todos los casos, incluidos los leves, exige ingentes recursos. En algunos países esa estrategia está absorbiendo la mayor parte de los medios de laboratorio y la capacidad de respuesta nacionales, y deja poco margen para la vigilancia e investigación de los casos graves y otros eventos excepcionales.
Actualizaciones regulares sobre los países recientemente afectados
Por todas esas razones, en adelante la OMS ya no publicará las tablas globales con las cifras de los casos confirmados en cada país. Sin embargo, como parte de la labor continuada de documentación de la propagación mundial del virus pandémico H1N1, se proporcionarán actualizaciones regulares sobre la situación en los países recientemente afectados. La OMS seguirá pidiendo a esos países que notifiquen los primeros casos confirmados y que, en la medida de lo posible, suministren cifras agregadas semanales del número de casos y datos epidemiológicos descriptivos de los primeros casos.
En cuanto a los países en que ya hay transmisión en comunidades, las actividades de vigilancia se centrarán en notificar los casos con arreglo a los indicadores establecidos para vigilar la gripe estacional. En adelante esos países no están obligados a notificar a la OMS cada uno de los casos y muertes confirmados en laboratorio.
El seguimiento de las características virológicas del virus pandémico será una actividad importante a lo largo de la pandemia, y algunos países tienen ya en funcionamiento sistemas de vigilancia por laboratorio de comprobada eficacia para monitorear los virus gripales estacionales. Incluso para los países con una capacidad de laboratorio limitada, la OMS recomienda que tras la evaluación virológica inicial se analicen al menos diez muestras a la semana para confirmar que la actividad gripal corresponde al virus pandémico y para detectar cualquier cambio del virus con posibles implicaciones para el manejo de los casos y el desarrollo de vacunas