La Cámara de Diputados aprobó las nuevas leyes de Pemex y de la CFE en las que ordena que los excedentes de sus ingresos sólo se usen en gasto de inversión física o para cubrir sus pasivos laborales de corto y largo plazo de pensiones y salud.
Con la nueva legislación dejan de ser paraestatales y se convierten en empresas productivas del Estado, con autonomía presupuestal y límites para evitar el dispendio, al obligar el uso de testigos sociales en sus procesos de adquisiciones, arrendamientos y contrataciones.