Comiendo con un conocido abogado norteamericano en los temas comerciales que, apropósito de todo, me honra con su amistad, me informo que efectivamente General Motors va a la quiebra por muchas razones.
Sucede que entre cada vez mas se niegue el sindicato a renegociar la rentabilidad de la planta laboral o la salida de miles de trabajadores, se amplía el espectro de la quiebra.
Esta, que esta siendo atendida y supervisada por el Tesoro Norteamericano, lleva a la armadora de autos por el rumbo de la protección no sólo de acreedores, sino porque además le permite un mayor margen de maniobra jurídica para renegociar contratos con los trabajadores, donde hay un alto índice de gastos que pueden entenderse como conquistas laborales, pero que por el momento no son mas que lujos.
La consultoría y calificadora de riesgos en negocios, JPMorgan Chase hace una advertencia muy interesante sobre el futuro de la empresa General Motors, la firma de autos esta tranquila ante el cadalso que ha construida por sus propias manos, pero sabe que la muerte no es el fin sino mas bien una transición, la cuestión aquí es, ¿los accionistas también llegaron a su fin así como el sindicato de trabajadores?
Todo parece indicar, que sí.