La obesidad y sobrepeso son enfermedades crónico-degenerativas que deben ser tratadas por un médico bariatra, un especialista que atiende este tipo de padecimientos que conllevan a otros como la diabetes, hígado graso e hipertensión.
El desconocimiento sobre la existencia de este tipo de especialistas ocasiona que los pacientes con obesidad y sobrepeso acudan con un nutriólogo o un dietista, quienes si bien enseñan a comer sanamente, no pueden medicar, ni interpretar estudios de laboratorio o gabinete que revelen otra enfermedad.
De acuerdo con el bariatra David Montalvo, el nutriólogo coadyuva a que el paciente cumpla su meta, es un profesional que se encarga de cooperar en un tratamiento para bajar de la obesidad y sobrepeso, sin embargo la responsabilidad central debe caer en un médico especializado en la enfermedad.
Ya que los bariatras, explicó en entrevista, están más enterados del actuar de dichos padecimientos, pues así lo avala estudiar primero seis años de medicina, más dos de posgrado en bariatría, eso ya “nos hace personal más preparado en la materia y con más eficiencia y responsabilidad”.
Señaló que “son ocho años los que estamos en las aulas y en estudio para entender todo lo que conlleva a la obesidad y sobrepeso, mientras que los nutriólogos solo cursan una carrera de cuatro años y son licenciados en Nutrición”.
Resaltó que los nutriólogos sí están facultados para elaborar planes alimenticios, siempre y cuando estén bajo la supervisión de un médico porque legalmente así está especificado.
Pues en México la práctica de la medicina está muy reglamentada, quien sea sorprendido dando consulta sin cédula profesional está incurriendo en un delito grave y puede incluso ir a la cárcel.
Además subrayó existe una norma oficial que especifica que el manejo del obesidad y sobrepeso lo debe tratar un médico, ya que la obesidad es considerada una enfermedad crónico-degenerativa.
Montalvo Castro refirió que los bariatras están capacitados para dirigir un plan de acción más completo y así bajar de peso, ya que el tratamiento debe guiarse de acuerdo al grado de obesidad.
“Si noto una anomalía en el paciente, como que tiene el cuello con manchas o los nudillos de los dedos, entonces me doy cuenta que su cuerpo me está gritando que probablemente es resistente a la insulina, por lo que el plan alimenticio no será suficiente sino que habrá que atender todas las demás consecuencias que dejó la obesidad”, dijo.