El enviado de Naciones Unidas para Libia, Martin Kobler, visitó este viernes Trípoli para intentar convencer al presidente del parlamento libio no reconocido internacionalmente de apoyar un gobierno de unidad nacional para poner fin al caos en el país.
Libia, sumida en una guerra civil desde hace más de un año, cuenta con dos parlamentos rivales. En el este del país tiene su sede el parlamento reconocido por la comunidad internacional, mientras que el no reconocido, denominado Congreso General Nacional (CGN), se encuentra en Trípoli.
“Conversaciones francas con los miembros del CGN en este primer día del año”, indicó Martin Kobler en Twitter al término de su reunión con el presidente de este parlamento Nuri Abu Sahmein.
Este último se opone abiertamente a un gobierno de unidad nacional, previsto en un acuerdo alcanzado bajo la mediación de la ONU el 17 de diciembre en Marruecos por una parte de miembros de los dos parlamentos rivales.
Sahmein invitó a Kobler a reunirse con numerosas personalidades de las autoridades de Trípoli, especialmente los jefes de los Estados Mayores de los ejércitos, los responsables de los servicios de inteligencia y la fiscalía.
Para el presidente del CGN, “para que cualquier acuerdo político sea eficaz en el terreno, es necesario que todas las partes encargadas de ponerlo en marcha estén presentes hoy” en la reunión.
El enviado de la ONU, quien busca que las partes en conflicto acepten el gobierno de unidad nacional antes de dos semanas, también se reunió en la capital con representantes de familias originarias de la ciudad de Tawerga (272 km al este de Trípoli), desplazadas por el conflicto.
“Me comprometo a desplegar el 100% de los esfuerzos para que la población desplazada [vuelva a casa] en 2016”, declaró Kobler en su cuenta Twitter.
Naciones Unidas estima en unas 435.000 personas el número de desplazados por los combates en Libia.
Kobler se reunió un día antes con el presidente del parlamento reconocido, con sede en Tobruk (este), para intentar convencerlo de aceptar la formación de un gobierno de unidad nacional.
La comunidad internacional presiona a las facciones libias para que se entiendan y así avanzar en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que se aprovechó del caos en Libia para reforzar su presencia en el país.