Uno de los líderes del movimiento opositor tailandés de los Camisas Rojas recibió el jueves un disparo en la cabeza, dijo un colaborador suyo, luego que el gobierno decidió acordonar una zona central de la capital ocupada por los manifestantes.
El colaborador atendió el celular de Khattiya Sawasdiphol, un general de división disidente al que el gobierno considera un terrorista y dijo que éste había sufrido una lesión “severa”. El hombre no se identificó.
The Associated Press llamó al teléfono de Khattiya luego que la noche del jueves se escucharon disparos y explosiones en el centro de Bangkok.
Varios medios locales también informaron que Khattiya había sido baleado y trasladado a un hospital.
El gobierno había anunciado que militares acordonarían la zona que ocupan miles de manifestantes y que los soldados no dudarían en dispararle a “terroristas” armados que muestren resistencia.
Sansern Kaewkamnerd, vocero de la agencia encargada de acabar con la protesta, dijo que se usarían vehículos blindados y francotiradores.
La agencia “ha cambiado su estrategia hacia un bloqueo completo e interceptación”, dijo el funcionario.
Los manifestantes llevan semanas tras barricadas que crearon con llantas y palos de bambú en un lujoso vecindario de centros comerciales, hoteles, apartamentos, embajadas y hospitales.
Por su parte, el primer ministro Abhisit Vejjajvia dijo que ha retirado su oferta de celebrar elecciones el 14 de noviembre porque los manifestantes no han querido suspender su protesta. Los Camisas Rojas consideran que el gobierno subió al poder de manera ileg¡tima y demandan elecciones.
Desde el 12 de marzo han ocupado partes de la capital. Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y otros actos violentos han dejado al menos 29 personas muertas y 1.400 heridas.
El gobierno culpa a Khattiya de ser uno de los líderes responsables por la violencia de los opositores. Sansern dijo que se suspendería el transporte público y que se pidió a las empresas que dejen salir antes a sus empleados.
El agua y la electricidad en la zona podr¡an ser suspendidas. Las medidas indican cierta desesperación por parte del gobierno que no ha podido desalojar a los Camisas Rojas del rea de tres kilómetros cuadrados (una milla cuadrada) que ocupan. “Durante la operación de acordonamiento de hoy es posible que terroristas en el rea intenten entrar y se encuentren con oficiales. Por tanto, las autoridades debe implementar las medidas de acuerdo con los estándares internacionales”, dijo Sansern. “Los francotiradores estarán pendientes de terroristas y dispararán a los que lleven armas”, dijo.
El gobierno desistió la noche del miércoles de su amenaza de suspender la electricidad, ante los pedidos de residentes y diplomáticos extranjeros en el área que argumentaron que la medida iba a perjudicarlos más a ellos que a los manifestantes.
Desde las barricadas, líderes de los Camisas Rojas se mostraron desafiantes. “Nosotros tomamos la decisión de mantener nuestra posición aquí para pedir justicia para nuestro pueblo. Nos vamos a quedar aquí pase lo que pase”, dijo Nattawut Saikua, uno de los líderes