Dentro de los controles que la malograda reforma electoral del 2006 preveía, esta el ver el origen de recursos en campañas electorales, ¿estamos?
Ese punto parecía diáfano desde el momento en que usted y yo nos encargamos a través de nuestros impuestos, pagar las campañas electorales de todos los partidos, de la misma forma, el salario de los políticos y claro, servidores públicos.
Así que, absurdo, pero que en el momento en que el gobierno federal, que se vendió como “el del empleo”, inicio la guerra al crimen organizado, recobro importancia, pero el IFE, Instituto Federal Electoral no tiene estructura ni tampoco marco jurídico ni personal para el ir investigando los recursos que campañas a través de candidatos y partidos, pudieran tener dinero del crimen organizado.
Ok, ¿entonces que hacer?
Pues lo único que atino hacer el IFE ante una situación quimérica que los diputados ante una venganza a todo costo, de parte del PRI para borrar todo vestigio de la maestra Elba Esther y el PRD que simplemente deseaba sangre por las elecciones de 2 de julio; es dar seguimiento a las prerrogativas y censar los spots de televisión y radio ante lo dicho sea, por cada presupuesto.
Muchas voces se levantaron y gritaron “injerencia”, “terrorismo fiscal”, “IFE espía”, cuando nadie se da cuenta sobre que los diputados, esos mismos del PRD que tomaron las tribunas, los de convergencia y partido del trabajo, esos que nada mas andan haciendo ruido en los medios para que el PRD les diera porcentajes y mantener registro y gozar de las cuotas mensuales millonarias de nuestros bolsillos, que como ciudadanos damos para que los partidos vivan sin “corruptelas” del financiamiento de estado o de mafias y, que el PRI estuvo en esta misma manada de lobos que descabezaron al IFE de Luis Carlos Ugalde y ahora, se busca fiscalizarles el presupuesto.
Claro, diciendo ante medios de comunicación que es para ver que no hay dinero del narcotráfico especialmente, el debate se puso interesante y muchos legisladores (curioso, sobretodo salientes) callaron o moderaron su discurso, pero los senadores que si se quedan vieron, que si hay sospechas sus cuentas personales, podrían ser revisadas.
Es justicia poética, mis estimados legisladores, ustedes obedeciendo a la víscera o a su “liderzete” buscaron “arreglar” algo que estaba bien, le dieron en la torre y, además, solitos se pusieron el cascabel al cuello… les felicito.