La Autoridad Nacional Palestina (ANP) condenó hoy la decisión israelí de construir 900 nuevas viviendas en una colonia del este de Jerusalén y pues “destruye las posibilidades de reanudar el proceso de paz”.
La decisión del Gobierno de Benjamín Netanyahu “cierra todas las puertas para reiniciar el proceso de paz y destruye todos los esfuerzos para reactivarlo”, indicó hoy en un comunicado Nabil Abu Rudeina, portavoz de la presidencia palestina.
La aprobación por el Comité de Planificación de Jerusalén de un plan para la construcción de unas 900 viviendas en la colonia judía de Guiló, en el sur de la ciudad, “es un mensaje dirigido a los (norte) americanos”, añadió Rudeina, en referencia a los llamamientos de la Administración de Barack Obama para que Israel paralice la construcción en los asentamientos.
Dicho Comité tomó la decisión de seguir adelante con su plan pese a que el enviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, George Mitchell, pidió específicamente a representantes del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que renunciasen al proyecto.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, reaccionó a esa información con un comunicado en el que recuerda que la ley israelí no distingue entre la construcción entre las partes oeste y este de la ciudad, ocupada desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
“La petición de que cese la construcción únicamente para judíos es ilegal, también en EEUU y en cualquier otro lugar preclaro del mundo”, apuntaba la nota, que añadía que la Alcaldía “continuará permitiendo la construcción en todas partes de la ciudad para judíos, musulmanes y cristianos”.
Israel considera Jerusalén su capital “única e indivisible” y por tanto se siente legitimado para construir en la parte este de la ciudad, de mayoría árabe y que los palestinos reivindican como capital de su futuro Estado.
Alrededor de un cuarto de millón de colonos judíos residen en la parte oriental de la ciudad, tras cuatro décadas de edificación