El Papa advirtió a un grupo de futuros diplomáticos del Vaticano que no están llamados a ser una “casta superior” que es agradable a los “ambientes mundanos” ni es presa de la “contable división de las canonjías”.
La mañana de este jueves, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco recibió en audiencia a los directivos, personal docente y estudiantes de la Pontificia Academia Eclesiástica, donde se forman los embajadores de la Santa Sede.
No están llamados a ser altos funcionarios de un Estado, una casta superior que se auto-preserva y gusta a los ambientes mundanos, sino a ser custodios de una verdad que sostiene desde lo más profundo a quienes la proponen, y no al contrario”, les dijo.
Más adelante, les aclaró que el papado y también sus representantes, no pueden dejarse aprisionar “por las lógicas de los grupúsculos” ni ser rehenes de la “contable división de las canonjías” o “contentarse con la partición entre cónsules”.
Insistió que tampoco pueden someterse a los poderes políticos ni dejarse colonizar por los pensamientos fuertes de turno o por la “ilusoria hegemonía de lo políticamente correcto”.
Le explicó que la Santa Sede hace referencia a la labor del obispo de Roma, por lo tanto es la Iglesia que “preside en la caridad”, que no se sienta sobre el trono orgulloso de sí sino sobre la valentía cotidiana de la condescendencia, es decir el abajamiento, de su maestro.